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SĀṂKHYA KĀRIKĀ DE
ĪŚVARAKṚṢṆA
Doctrina sobre el Sāṃkhya
Traducción del texto completo en pdf: Sāṃkhya Kārikā
Introducción
El Sāṃkhya
Darśana es una escuela filosófica tradicional de India que acepta la
existencia sustancial de dos principios eternos, uno material (prakṛti) y otro espiritual (puruṣa).
En el Sāṃkhya
Kārikā, obra escrita en el siglo IV d.C. por Īśvara Kṛṣṇa,
el sistema Sāṃkhya alcanza
su cénit. Este texto es al Sāṃkhya
Clásico lo mismo que los Yoga
Sūtras con respecto al Yoga Clásico.
El sí-mismo trascendente.
En oposición al Vedānta y a las primeras escuelas de
Sāṃkhya mencionadas en el Mahābhārata, Īśvara
Kṛṣṇa enseñó que la Realidad no es singular sino plural. Por
un lado están las incontables y cambiantes formas inconscientes de la
naturaleza (prakṛti) y, por otro lado, los innumerables si-mismos
trascendentes (puruṣa) que son
conciencia pura, omnipresente y eterna. La existencia de los innumerables
si-mismos se prueba al observar que hay diferentes personas que nacen y mueren
a distinto tiempo, que no actúan de forma simultánea y que muestran distintas
cualidades y actitudes. Sin embargo, todos los si-mismos son testigos pasivos (sākṣin), esencialmente
aislados (kevala), neutrales (madhyastha) y no agentes (akṛta). Contemplado más de cerca,
este pluralismo resulta ilógico. Si los incontables si-mismos son todos
omnipresentes, deberán entremezclarse unos con otros de forma infinita, por lo
que lógicamente deben considerarse idénticos. Este problema ha sido tratado una
y otra vez por varios filósofos y, mientras que el no dualismo de Śaṅkara
es intelectualmente más elegante, el no dualismo cualificado de
Rāmānuja quizás satisface
mejor tanto a la razón como a la intuición.
Los guṇas.
Īśvara Kṛṣṇa enseñó que la
naturaleza (prakṛti) es una estructura multidimensional creada
mediante el concurso de tres fuerzas primarias, las cualidades dinámicas (guṇa).
La palabra guṇa significa literalmente “hebra” pero posee un
amplio número de connotaciones. En el contexto de la
metafísica del Yoga y del Sāṃkhya
el término hace referencia a las últimas e irreducibles “realidades” del
cosmos. Los guṇas, que son de tres tipos, se pueden asemejar a los
“quantum” de la física moderna. Los tres guṇas son sattva, rajas
y tamas. Subyacen en todo lo material, incluidos los fenómenos
psicomentales.
Los guṇas son naturaleza, igual que los átomos
son materia-energía. Juntos son responsables de la inmensa variedad de formas
naturales y de todos los niveles de existencia que se hallan aparte de los
si-mismos trascendentes, los cuales son conciencia no cualificada.
La naturaleza y su evolución.
La naturaleza fenoménica, con sus distinciones de cosas y personas
(consideradas éstas como organismos psicofísicos) se considera una evolución a
partir del estado primitivo de la materia. Esta idea se basa en la teoría de la
causalidad conocida como satkāryavāda, según la cual el efecto
preexiste implícitamente en la causa antes de que se manifieste.
Según el Sāṃkhya
Kārikā, los guṇas se hallan en estado de equilibrio
en la dimensión trascendental de la naturaleza, conocida como prakṛti—pradhāna
(naturaleza primordial). La materia original (prakṛti—pradhāna)
es incausada, eterna, omnipenetrante, única, independiente, completa en sí
misma y no posee partes diferenciadas; las cosas que emergen de esta matriz
son, por el contrario, causadas, no eternas, limitadas, numerosas, manifiestas,
dependientes y conjuntos compuestos de partes.
El primer producto que aparece en el proceso de evolución
de esta matriz fundamental hacia la multiplicidad de las formas espacio-
temporales es mahat, “el grande”, o “gran principio”. Su apariencia es
luminosa e inteligente, conociéndose también como buddhi (“intuición”, “conocimiento”,
“inteligencia”). Pero, en realidad, mahat no es en sí mismo consciente
(igual que los demás aspectos de la naturaleza), y representa únicamente una
forma especialmente refinada de materia-energía. Depende del trascendental
si-mismo consciente para recibir la “luz” de la inteligencia.
De mahat o buddhi, emerge ahaṃkāra,
el principio de individualidad, que distingue entre sujeto y objeto. Esta
categoría existencial causa, a su vez, la aparición de la mente sensible (manas),
los cinco sentidos u órganos de conocimiento (vista, oído, olfato, gusto y
tacto) y los cinco órganos de acción (habla, aprehensión, movimiento,
reproducción y excreción). Además, ahaṃkāra da lugar a las
cinco esencias sutiles (tanmātra) subyacentes a las capacidades
sensoriales. Estas, a su vez, producen los cinco elementos materiales densos o
groseros (bhūtas), es decir, tierra, agua, fuego, aire y éter.
De esta forma, el Sāṃkhya Clásico reconoce veinticuatro categorías de existencia material en
total. Más allá de la tríada gunádica y sus productos se hallan los incontables
si-mismos trascendentales, que se mantienen aparte de las ramificaciones de la
naturaleza.
Todo este proceso evolutivo se activa por la proximidad de
los si-mismos trascendentes (puruṣa) a la matriz de la naturaleza,
con objeto de liberar a los si-mismos que, misteriosa y equivocadamente, se
identifican con un cuerpo-mente concreto, en lugar de con su intrínseca
condición de pura conciencia.
Este esquema evolutivo puede entenderse como una evolución
cósmica, como un análisis lógico y trascendental de los diferentes factores
inmersos en la experiencia, o como un análisis concreto de la personalidad
humana.
El evolucionismo psicocosmológico de la tradición Sāṃkhya no apunta tanto a explicar el mundo
como a trascenderlo. Se trata de un entramado práctico para quienes buscan la
liberación y se encuentran con los distintos niveles o categorías de existencia
en el curso de su práctica meditativa.
Epistemología.
La Sāṃkhya
Kārikā delinea tres formas de adquisición de conocimiento (pramāṇas):
la percepción, la inferencia y el testimonio verbal. La percepción se define
como la aplicación de los órganos de los sentidos a sus respectivos objetos. La
inferencia no se define y se divide primero en tres clases y luego en dos.
Según la primera clasificación, una inferencia se denomina pūrvavat si se basa en experiencias pasadas (como cuando se ve
una nube negra y se infiere que lloverá); se denomina śeṣavat cuando de la presencia de una propiedad concreta
en una parte del objeto, se infiere la presencia de dicha propiedad en el resto
(como cuando se encuentra una gota de agua salada y se infiere que toda el agua
es salada); se denomina sāmānyatodṛṣṭa
cuando se infiere lo que no es perceptible (como cuando se infiere el
movimiento de las estrellas al observarlas ocupando diferentes posiciones en el
firmamento en distintos momentos). De acuerdo a la otra clasificación la
inferencia puede ser directa o indirecta. El testimonio verbal, para que
resulte válido, debe pertenecer a alguien de probada competencia.
Además de las tres formas de conocimiento, se consideran
las formas de funcionamiento de los órganos de los sentidos. Los sentidos
externos aprehenden solo los objetos presentes; los sentidos internos (manas,
antaḥkaraṇa y buddhi) poseen la habilidad de aprehender
todos los objetos: pasados, presentes y futuros.
Ética.
La Kārikā
manifiesta un intelectualismo que es característico del sistema Sāṃkhya. El sufrimiento se debe a la ignorancia
de la auténtica naturaleza del si-mismo, y la libertad, el bien más preciado,
se puede lograr mediante el conocimiento de la distinción entre el si-mismo y
la naturaleza. En estado de liberación, el si-mismo se vuelve indiferente ante
la naturaleza; cesa de actuar y disfrutar. Se convierte en lo que de hecho es,
un puro testigo consciente.
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