Patañjalayogaśāstravivaraṇa
I.36
Comentarios
sobre el pātañjalayogaśāstra de Patanjali, por Śaṅkara
SAMĀDHI PĀDA | Sādhana
Pāda | Vibhūti
Pāda | Kaivalya
Pāda
Actualizado: octubre, 2025
O una
percepción extraordinaria, luminosa y más allá del sufrimiento
Las palabras "conduce la mente hacia la
estabilidad" deben presuponerse del sūtra anterior. Mediante la
concentración en el loto del corazón, se produce la comprensión de buddhi. El
buddhi-sattva es como el espacio brillante, pero hasta
que la concentración logre la estabilidad plena, la percepción adoptará la
forma luminosa del sol, la luna, un planeta o una piedra preciosa.
Cuando la mente alcance el samādhi de la
"soy-dad", será como un océano en calma, sereno e infinito, sólo la
perfecta “conciencia de
existencia". Acerca de este estado se ha dicho: cuando se conoce al sí
mismo que es sutil como un átomo, se llega a ser
consciente de la soy-dad.
Existen, pues, dos percepciones sin dolor, una de
objetos supranormales y otra de la pura conciencia de existir, por las cuales
la mente del yogui alcanza la estabilidad.
El sūtra tiene que
completarse desde el contexto, de modo que diga: "O donde se alcanza una
percepción extraordinaria, luminosa y más allá del sufrimiento, se conduce la
mente hacia la estabilidad". Como percepción en la que se experimenta la
luz, se la llama luminosa, y dado que logra que el sufrimiento desaparezca,
está más allá del dolor. ¿Cómo se produce? Mediante la concentración en el
loto del corazón, se produce la comprensión de buddhi, la experiencia
de su verdadera naturaleza. ¿Cuál es, entonces, esta
naturaleza de buddhi-sattva? Como el espacio brillante, siempre
radiante y omnipresente. Pero debido a que allí, en ese buddhi-sattva, hasta que la
concentración logre la estabilidad plena, debido a que la
concentración no ha llegado a la completa semejanza del buddhi-sattva tal como es en
sí mismo, la percepción de la concentración yóguica en el loto del
corazón adoptará la forma luminosa del sol, la luna, un planeta o una piedra
preciosa.
Cuando la mente
alcanza el samādhi de la "soy-dad", en el “yo” (ahaṁkāra), lo cual sucede
cuando buddhi-sattva se aproxima a su auténtica naturaleza, será
como un océano en calma, sereno e infinito, sólo la perfecta “conciencia de existencia". Acerca de este
estado se ha dicho, acerca de este samādhi, cuando
se conoce, habiendo alcanzado al sí mismo, el ātman de la “soy-dad” (asmitā) que se está explicando, el
cual es sutil como un átomo, siendo tan sutil se llega a ser consciente de la “soy-dad”. Se debe ser
consciente sólo de la semejanza del objeto de meditación. Bajo la auténtica
forma de la “soy-dad”, se comprende
como distinto de lo que la ha coloreado, como un cristal que toma el color de
lo que está colocado encima.
Existen
estas dos percepciones sin dolor, una de objetos supranormales y otra de la
pura conciencia de existir. Todas las percepciones, desde la de la fragancia
hasta la de la“soy-dad”, son
enteramente sin dolor. Pero la percepción extraordinaria luminosa es diferente
del grupo de las cinco que comienzan con la experiencia de la fragancia. Las
que están conectadas con un objeto son preliminares a la de la“soy-dad”, y como tales, hay una diferencia en sus
circunstancias. A través de esta percepción extraordinaria, luminosa y sin
sufrimiento, la mente del yogui alcanza la estabilidad.