Yoga Sūtras
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sobre Yoga de Patañjali
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SAMĀDHI PĀDA
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Actualizado: septiembre, 2025
Śaṅkara — Patañjalayogaśāstravivaraṇa
I.2
Pātañjalayogaśāstra: Yogasūtra + Yogabhāṣya
1.2(4): tasya lakṣaṇābhidhitsayedaṃ
sūtraṃ pravavṛte—
El
siguiente aforismo se establece para explicar las características de éstos (dos
estados de yoga: saṃprajñāta
y asaṃprajñāta).
योगश्चित्तवृत्तिनिरोधः॥२॥
yogaś cittavṛttinirodhaḥ
||2||
Yoga es el [estado en
que] cesa [la identificación con] los procesos mentales
(Traducción
propia)
(Otras
traducciones)
Vyaas Houston |
Yoga es el nirodha (proceso de finalización) de los vṛttis (definiciones) de citta (la esfera de la conciencia) |
Georg Feuerstein |
Yoga es la restricción [nirodha] de
las fluctuaciones de la conciencia [citta] |
Christopher Chapple y Yogi Ananda
Viraj |
Yoga es la restricción de las
fluctuaciones en la mente |
P. V. Karambelkar |
Yoga (es) el acto de llevar las
modificaciones funcionales de citta a la cesación completa |
James Haughton Woods |
Yoga es la restricción de las
fluctuaciones del conjunto mental |
Pandit Usharbudh Arya |
Yoga es el control de las
modificaciones del campo mental |
Fernando Tola y Carmen Dragonetti |
El yoga es la represión (nirodha)
de los procesos (vṛtti) de la
mente (citta) |
Emilio García Buendía |
El yoga (es) la detención de las
oscilaciones de la mente |
Oscar Pujol |
Yoga es la detención de los procesos
mentales |
Shriram Lele |
Yoga es la disolución de los
hábitos, del comportamiento mecánico de la mente |
Chip Hartranft |
El yoga consiste en aquietar los
patrones de la mente |
Vocabulario
yogaḥ citta-vṛtti-nirodhaḥ
yogaḥ (yoga es) citta-vṛtti-nirodhaḥ (cesación de
la actividad mental)
yoga (yogaḥ): (m, nom, sg)
unión, conexión; 1) poner juntas varias cosas de tal forma que su unión tenga
propiedades que no se hallen en sus componentes aislados; 2) estado en el que
el yogui se une absolutamente en sí mismo y permanece en estado de unión,
unificado.
—Patanjali define el proceso
del yoga como la disolución de los vṛttis de
la mente. Sin embargo, la mente, citta, no
está definida en el yoga sūtra. Las diversas propiedades atribuidas a citta se dan en varios sūtras. En
el presente contexto, es un medio que puede registrar y almacenar las
percepciones de los mecanismos de percepción. También registra las palabras
habladas o escritas, que son formas sonoras sistematizadas, con significados
establecidos. El citta
también registra experiencias, cómo y cuando ocurren. Estas grabaciones
consisten en las percepciones objetivas a través de los mecanismos de
percepción, las acciones tomadas por los mecanismos de acción y los
pensamientos y sentimientos generados por las experiencias. Con el tiempo, las
grabaciones se repiten, una y otra vez; esto se desarrolla en patrones fijos,
hábitos. Estos a su vez conducen a respuestas con patrones en cuanto a lo que
se percibe, piensa y hace, a partir de un estímulo. Estos patrones se conocen
como los vṛttis de
la mente. El proceso del yoga consiste en disolver estos patrones, de modo que
nuestra respuesta a la experiencia del momento presente, aquí y ahora, pueda ser espontánea y auténtica (Lele,
Shriram “Pātañjalayogasūtrani. Translation with notes”, pag 6-7).
—El yoga de Patañjali es más
bien un programa para desarrollar esta capacidad que un estado que alcanzar.
Tal como deja claro el capítulo 2, el yoga es un conjunto de prácticas que “uncen”
cada uno de nuestros aspectos al objetivo central de la naturaleza: conocerse a
sí misma tal como es. Aunque la palabra yoga
signifique literalmente tanto “unción” como “unión”, la idea del “yoga como
unión” descrita en el Bhagavadgītā y en las Upaniṣads como la
realización de la unión entre el ātman
(espíritu) y el Brahman
(matriz universal), no aparece en ninguna parte de los Yoga Sūtra. En
cambio, Patañjali describe el yoga como un sistema de autopurificación a través
del cual la mente, experimentada como la mente y el cuerpo, llega a reconocerse
a sí misma como una entidad material al ser contemplada por una pura conciencia
inmaterial, ya que la mente por sí sola no puede conocerse (Hartranft, Chip “Los
Yoga Sutra de Patañjali. La versión definitiva del libro del maestro”, pag 27).
citta-: mente,
razón, inteligencia, conciencia; 1) sensación, aquello que es percibido,
aquello sobre lo que la mente se fija; 2) mente o conciencia en su totalidad,
como conjunto de todas sus actividades y funciones; 3) la sede, el órgano, el
conjunto de las funciones, actividades, procesos intelectivos, volitivos y
emocionales del individuo; 4) se compone de intelecto (buddhi, asmitāmātra), conciencia
de existencia individual (asmitā, ahaṃkāra) y mente sensible (manas); 5) es similar al concepto de
instrumento interno (antaḥkaraṇa) en el sāṃkhya y el vedānta).
—Citta debe entenderse como “conciencia”
solo en forma transitiva, es decir, como la propia conciencia de un objeto, la
cual tiene lugar en la esfera de citta pero únicamente debido a la “presencia” de puruṣa.
Citta
puede entenderse como un vehículo para la conciencia, proporcionando un
mecanismo para que puruṣa pueda percibir y disfrutar su
auténtica naturaleza; y, para que éste disfrute pueda llevarse a sus últimas
consecuencias, citta debe “purificarse”; en otras palabras, su componente
sátvico debe acrecentarse al máximo (Burley, Mikel “Hatha-Yoga - Its Context,
Theory and Practice”).
—Citta puede asimilarse al término antaḥkaraṇa —el instrumento interno— que, según el
sāṃkhya engloba los tres aspectos de buddhi, ahaṃkāra y manas. Buddhi es el aspecto más refinado de los tres y es responsable de
las funciones intelectuales de nivel más elevado, y que requieren intuición,
introspección y reflexión. En el complejo cittavṛttinirodha, buddhi es el aspecto de citta más fuertemente implicado,
puesto que es buddhi quien posee el potencial para “reflejar”
la luz pura de puruṣa. Ahaṃkāra
significa literalmente “hacedor” y denota la facultad o tendencia para producir
una sensación de egoísmo y para vincular el concepto de “lo mío” a las
actividades de buddhi y manas. Manas (de la raíz man, “pensar”)
tiene dos funciones, una de ellas organizar los datos tal como son captados por
los sentidos y formar una imagen comprensible de la realidad; la otra “cuidarse”
de las experiencias (compuestas de distintos conjuntos de datos organizados)
formando “impresiones subliminales (saṃskāras) y rastros de memoria (vāsanās)”.
Al comprender estos tres aspectos, citta
abarca la mente en su totalidad, pero quizás con un mayor énfasis en su aspecto
dinámico que el que ofrece el término antaḥkaraṇa (Burley, Mikel “Hatha-Yoga - Its
Context, Theory and Practice”).
—(i) Citta no
es realmente una categoría separada de la existencia o tattva, dentro del proceso de
evolución cósmica. Aunque en IV.4 se dice que surge de “una mente” (ekacitta), identificada con el
principio cósmico de “soy-dad” (asmitāmātra), no
parece que haya un nexo causal implicado. Más bien citta es un
conveniente concepto “paraguas”, lo cual resulta evidente en IV.23.
(ii) De
acuerdo con IV.23, citta se encuentra “coloreada” por
los objetos percibidos y por el sí mismo que percibe. En otras palabras, en
cierta forma esta creada por la conciencia del sí mismo trascendental y por los
objetos insensibles del mundo. (iii)
No
hay un único citta,
sino una multitud de citta,
todos ellos reales (IV.16)
y no simples atributos de los objetos externos (IV.15), o productos de
las proyecciones de una “mente única” (como en las escuelas idealistas del
Budismo). (iv) Citta se haya “teñida” con
incontables “activadores subliminales” que se combinan en “características
subliminales” (vāsanā) (IV.24)
y que son responsables de la aparición de las “fluctuaciones” (vṛttis). (v) A
pesar de la existencia de estas “características”, que fuerzan la conciencia
hacia el exterior, sirve al propósito de la autorrealización (IV.24).
(vi) Cuando
se alcanza la autorrealización, los “constituyentes primarios” (guṇas) “involucionan”
hacia el principio fundamental del mundo material (IV.34) lo cual implica
no solo la destrucción del organismo individual, sino también la de la
conciencia del ser liberado (Feuerstein, Georg “The Yoga-Sūtra of
Patañjali”).
—Citta significa la acumulación de impresiones, saṃskāra, de
lo que se vio o experimentó en el pasado. Está compuesto, pues, por estas
impresiones “grabadas” de alguna manera en las células cerebrales, las cuales
suponen un código de información reunido de experiencias pasadas que se pasa a
los individuos de una especie, de una generación a otra. Su comienzo nunca
puede determinarse (Desphande, P.Y. “El auténtico Yoga”).
—Citta es la sede, el órgano y el conjunto de las funciones,
actividades, procesos intelectivos (cognoscitivos), volitivos y emocionales del
individuo (Tola y Dragonetti, “Yogasutras de Patañjali”, pag. 39).
—Citta
puede traducirse como “pensamiento” —aspecto sensible y sutil de la capacidad
mental. El pensamiento existe bajo la apariencia de su actividad, o “remolinos”
(vṛttis). Los “remolinos del
pensamiento” (cittavṛttis) se refieren a la totalidad de
los procesos mentales —conscientes, subconscientes e hiperconscientes—, no
simplemente a las facultades de intelecto, memoria o emoción. Aunque citta se traduce a menudo como “mente”, esto contrasta con el
significado de manas. Manas es el órgano de conocimiento, mientras que citta es el proceso completo de pensamiento. Este proceso de
pensamiento se compone de mente (manas), inteligencia (buddhi) y ego (ahaṃkāra), las tres envolturas mentales
de la naturaleza material (prakṛti) (Stoler Miller, Barbara “Yoga.
Discipline of Freedom”).
—Una forma de estructurar la
propia comprensión consiste en recordar que para cada fenómeno que alcanza su
máxima evolución existe un elemento sutil o cósmico complementario. De esta
forma, buddhi es la inteligencia discriminativa individual y se considera
que mahāt es su complementario cósmico.
De forma similar, la conciencia individualizada, citta, se empareja con su forma sutil, cit (Iyengar, BKS “Light on the
Yoga Sūtras of Patañjali”).
—Citta a veces se considera equivalente a 'antaḥkaraṇa'
(instrumento interno tal como se entiende en el Sāṃkhya), que consta
de tres componentes: manas
(mente sensorial), buddhi
(intelecto) y ahaṃkāra
(creador del ego o "ego-idad"). Este punto de vista es defendido por
Vijñānabhikṣu, quien escribió un subcomentario sobre el
Yogasūtra en el siglo XVI. Considera que citta comprende los tres elementos de Prakṛti y su
funcionamiento interno consiste en volición, 'aferrarse', etc. Esta
equivalencia de citta y antaḥkaraṇa es
problemática ya que tiende a confundir ahaṃkāra con asmitā y al mismo tiempo excluye los elementos subliminales de citta: los saṃskāra y
los vāsanā
(Pattni, Rajmesh, “A Psychological Understanding of the Yogasūtra of
Patañjali (sūtra 1 to 6) with a Comparative Phenomenology of Samādhi
and Flow”, pag 48).
vṛtti-:
modificación, giro, fluctuación; 1) remolino, torbellino; 2) proceso o
actividad.
—Vṛtti se refiere a “hacer girar”, “hacer rodar” o “dar vueltas”,
igual que el movimiento de una rueda. Indica “movimiento” e “impulso”, y puede
significar también “remolino”, “onda”, “ola” u otros movimientos ondulantes
sobre la superficie tranquila de una piscina o estanque. En la psicología del
yoga, el término se refiere a distorsiones o modificaciones en la capacidad
perceptiva de citta. De
esta forma, si citta se define como “mente”, cittavṛttis son
las “modificaciones de la mente” que impiden que la luz de puruṣa —cuya naturaleza es conciencia
pura— se refleje con claridad (Burley, Mikel “Hatha-Yoga - Its Context, Theory
and Practice”).
—Igual que citta, el término vṛtti no se
utiliza de forma indeterminada en el Yoga-Sūtra. Al contrario, es un término
técnico. No se refiere a una actividad mental cualquiera, sino sólo a las cinco
“fluctuaciones” citadas en I.6. Patañjali también utiliza esta palabra
en un sentido más general (II.15, II.50 y III.43),
una distinción que a menudo se ha pasado por alto (Feuerstein, Georg “The
Yoga-Sūtra of Patañjali”).
—Se trata de los procesos
mentales descritos en I.6
a I.11,
los cuales comprenden todo proceso intelectivo-cognoscitivo; son actividades,
funciones o actos mentales y no el producto en que tales actividades
desembocan, aunque dicha actividad y su producto están íntima y esencialmente
vinculados. Para la concepción del Sāṃkhya las vṛttis son en realidad modificaciones de la
mente, ya que ésta toma la forma del objeto que percibe. Sin embargo, en los
Yoga Sutras se corresponde mejor con un proceso, una actividad, una función, un
acto de la mente. La concepción Sāṃkhya de la vṛtti fue adoptada posteriormente por el
Vedānta (Tola y Dragonetti, “Yogasutras de Patañjali”, págs. 40-41).
—El término vṛtti, proviene del verbo raíz vṛt. El significado más simple de esta raíz verbal es
"ser". Hay otros significados como rotar, fluctuar; sin embargo, esos
no son aplicables aquí. Vṛtti
significa simplemente modo de ser, conducta, forma de vida como resultado de un
comportamiento repetido de este tipo en el pasado. El equivalente en inglés más
simple sería el de hábito, que también deriva de ser (Lele, Shriram “Pātañjalayogasūtrani.
Translation with notes”, pag 7).
nirodha
(nirodhaḥ): (m, nom, sg) restricción, control, supresión; 1)
inhibición o limitación de la acción dentro de un área definida; 2) proceso de
supresión, cesación o quietud mental; 3) estado mental inhibido, es decir,
vacío de pensamiento; 4) estado de cesación de la identificación con todo el
contenido mental, que coincide con la interiorización completa “nube de virtud”
(dharmameghasamādhi) o, también,
con el estado de interiorización completa sin semilla (nirbījasamādhi).
—La traducción de nirodha
como “cesación” es ambigua y necesita ser explicada. Sería erróneo considerar “cesación”
como la cesación definitiva de la existencia de los vṛttis,
es decir, la cesación ontológica de los vṛttis. En este aforismo se hace
referencia a la cesación de los efectos empíricos de los vṛttis en
forma de ignorancia espiritual (avidyā), o sea, se trata de una
cesación epistemológica de los vṛttis (Witcher, Ian “The Integrity of
the Yoga Darṣana”).
—De acuerdo con Witcher, nirodha
denota un énfasis epistemológico y se refiere a la transformación del
entendimiento propio, y no a la cesación ontológica de prakṛti
(es decir, la mente y los vṛttis). La novedosa interpretación
de Witcher permite la disolución temporal de todo el contenido de la mente en
el substrato de citta durante los estados
supra-cognitivos de identificación con puruṣa y, al mismo tiempo, acentúa la
posibilidad y el deseo de una condición continuada de liberado en vida (jivanmukti).
Esta última condición puede asimilarse a aquella en la que se maximiza la
capacidad del yogui para actuar en el mundo de forma inteligente y moral, sin
verse afectado por la diferente ubicación de su sentido de identidad, debido a
la realización de puruṣa. El yogui ya no está apegado o
identificado con la mente y sus modificaciones, siendo capaz de expresarse a
través o por medio de los procesos mentales sin que éstos le esclavicen
(Burley, Mikel “Hatha-Yoga - Its Context, Theory and Practice”).
—Nirodha o “restricción” es un término técnico. Se habría evitado
mucha equivocación y confusión dándose cuenta de que nirodha significa tanto el proceso
como el estado de restricción. En este aforismo se utiliza sin lugar a dudas en
el primer sentido, y por tanto no es posible contemplarlo como la definición
del objetivo último del Yoga (Feuerstein, Georg “The Yoga-Sūtra of
Patañjali”).
—Swami Venkatesananda Saraswati escribió: “La palabra nirodha es
muy difícil de traducir. Se ha identificado con “supresión” o “restricción”.
Esto ha dado lugar a todo tipo de malentendidos —justificando incluso la
supresión del pensamiento, etc. ¿Cómo se suprime el pensamiento? ¿Cómo suprimir
aquello que no se conoce y no se puede ver? Entonces, creas algo dentro de ti —”estoy
pensando en un anillo ahora mismo; voy a suprimir este pensamiento”. ¿Qué estás
haciendo?. No estás pensando. Lo cual significa que estás pensando que no estás
pensando. ¿Qué pasa con el pensamiento “no estoy pensando”? Si no suprimes la
actividad respiratoria y circulatoria, ¿por qué tendrías que suprimir otra
facultad natural denominada pensamiento? Cuando se afirma que el contenido de
la ola es agua, ¿qué sucede con la ola? ¿La has suprimido, refrenado o abolido?
Si aún contemplas la ola como una ola, no estás viendo el agua. Si ves el
conjunto como agua, algo se ha transformado en tu interior, y eso se denomina nirodha.
Por tanto, la palabra “comprensión” se ajusta mejor que las palabras “supresión”
o “restricción”. Swami Rama escribió: “El sūtra dice: yogaś citta-vṛtti-nirodhaḥ. Muchos escritores han
traducido la palabra nirodha como “supresión”, “restricción” o “refrenamiento”. “Supresión”·no
es una traducción correcta. ¿Qué significa “supresión”?, ¿por qué traducirla
como “supresión”? Significa que no se desea que el pensamiento piense, que el
intelecto funcione; que el ego esté activo. ¿No se desea que citta
funcione? ¿Se quieren suprimir todas las funciones mentales? Si se denomina “supresión”
o “represión”, entonces “supresión” y “represión” conducirán la vida. Todas las
supresiones conllevan dolor. La supresión y la represión son muy peligrosas
para la vida mental. Cualquier cosa suprimida, regresará de nuevo en sueños. ¿Cómo
podría Patañjali afirmar que hay que suprimir la mente y sus
modificaciones? Realmente, Patañjali dice que hay que cultivar la mente a fin de conseguir un
perfecto estado de equilibrio. Este es el auténtico significado. Nirodha no
significa “supresión”, sino “control”. Hay una vasta diferencia entre supresión
y control. Controlar algo quiere decir ser dueño de ello. Si se suprime algo,
es probable que vuelva otra vez, sin importar lo hábil que se sea en suprimir,
y ello controlará la vida. Controlar no quiere decir suprimir o parar.
Controlar la mente no significa que no haya que pensar. Parar el pensamiento no
es el camino del yoga. Controlar no quiere decir dejar de hacer algo o cesar en
su funcionamiento. Significa saber cómo utilizar una facultad concreta,
dirigiendo los distintos poderes internos. Controlar significa “canalizar,
regular, reforzar y utilizar apropiadamente”. La mente debería controlarse
exactamente igual que un jinete controla su montura, no permitiendo que el
caballo vaya por donde le plazca. Se debería pensar la forma en que se desea
pensar. Nirodhaḥ quiere decir coordinar todos los aspectos de la mente,
cultivar la mente de tal forma que la mente alcance un estado de equilibrio y
tranquilidad, que le permita a su vez lograr el supremo estado de sabiduría, el
samādhi. Esto es lo que significa yoga. La mente que ha cultivado el
estado de equilibrio se haya preparada para el samādhi. Se puede lograr el samādhi
únicamente después de lograr el nirodha (Swami J, http://www.yrec.info/sutra-t682.html).
—Desde luego, nirodha es
cesación. Es la cesación de toda actividad intencional (pravṛtti)
de la conciencia (citta). Pravṛtti y nirodha
forman realmente vṛtti-nirodha = nivṛtti.
Pravṛtti–vṛtti–nivṛtti. Vṛtti
es una modificación de pravṛtti. Citta-vṛtti
son las distintas funciones de la conciencia cuya naturaleza fundamental (pravṛtti)
se haya dirigida hacia los objetos. De aquí la primera forma de yoga –sālambanasamāpatti = saṃprajñātayoga = sabījasamādhi
(Plamen Gradinarov “plamen”, http://www.yrec.info/postxf682-0-45.html).
—Represión es el detenimiento,
la cesación de los procesos de la mente. La represión a que se refiere
Patañjali en este sūtra sólo puede ser la represión total de los procesos
mentales, ya que con la represión a que este sūtra se refiere, el “veedor”
se establece en su propia naturaleza, como lo expresa el sūtra siguiente,
y el “veedor” solo puede establecerse en su propia naturaleza cuando ya no se
da ningún proceso mental con el cual pueda identificarse. Además, el punto
culminante del proceso yóguico, de acuerdo con el último sūtra de este
Libro, comporta la represión total de todos los procesos mentales. Sería
absurdo que el “veedor” se establezca en su verdadera naturaleza en un momento
anterior a ese momento culminante (Tola y Dragonetti, “Yogasutras de Patañjali”
pag. 41-42).
—El objetivo de este tipo de
yoga, según Frauwallner, es "suprimir toda actividad mental y eliminar el
conocimiento". La segunda parte de esta afirmación no está completamente
en consonancia con el texto del que se deriva. Si la eliminación del conocimiento
como un todo fuera el objetivo del yoga, esto implicaría no solo una
eliminación de los procesos mentales, sino también una eliminación del yo, que
es, por definición, conciencia pura. Por paradójico que parezca, el objetivo
del yoga no es la eliminación de la conciencia, sino la eliminación del
contenido de la conciencia (Maas, Philipp A., “El denominado Yoga de la
Supresión en el Pātañjala Yogaśāstra”).
—La palabra nirodha
deriva del verbo raíz rudh, a la que se añade el prefijo ni. Rudh
significa detenerse, parar, terminar. El prefijo ni indica movimiento hacia abajo.
Existen varias combinaciones de prefijos con la raíz rudh, cada
una de las cuales tiene diferentes matices de significado. Avarodh
significaría supresión, virodh significaría oposición y anurodh significaría persuasión. Todos
estos procesos quieren decir que, al final, habría un equilibrio entre lo que
uno intenta detener, continuaría acumulándose y explotaría con el estímulo más
pequeño. El proceso de nirodha, por otro lado, indica que no queda nada después de que el
proceso haya terminado. Esto se aclara aún más en la Vibhūtipada, capítulo
III de los Yogasutras. Vṛttinirodhaḥ significa renunciar a la
disolución de los hábitos de comportamiento de la mente. Un aspecto necesita
ser examinado. ¿Es nirodha un proceso que debe iniciarse como tal o es el resultado
de otra cosa que se está haciendo? La respuesta se da en el sūtra I.12;
nirodha es el resultado del desapego y la práctica repetida. Al
lograr el nirodha, los patrones de comportamiento de la mente se disuelven,
permanecemos siempre en el presente y respondemos solo a la experiencia
presente (Lele, Shriram “Pātañjalayogasūtrani. Translation with notes”,
pag 7).
—En sánscrito clásico, nirodha se
considera generalmente que significa “supresión”. Si aceptamos este significado en el contexto del Yoga de
Patañjali, entonces la definición de “yoga” como cittavṛttinirodha se entenderá como “supresión de los estados
mentales”.
En contra de esta interpretación, nirodha en el contexto budista
significa cesación. Este significado arroja mayor luz sobre la definición de
yoga en el yoga de Patañjali. Yoga como estado de absorción meditativa tiene
mayor sentido si se entiende como cesación de los estados mentales (que puede
ser natural o espontánea), en lugar de supresión o restricción (que por lo
general es deliberada o forzada) (Gokhale, Pradeep P. “The Yogasūtra of Patañjali:
A New Introduction to the Buddhist Roots of the Yoga System”, pag 25).
1.2(4):
sarva-śabdāgrahaṇāt samprajñāto’pi yoga ity
ākhyāyate |
La omisión
del término “todos” (antes de “los procesos mentales”) demuestra que el (estado
de yoga con) conocimiento trascendente del objeto (saṃprajñāta),
también es yoga.
—Hasta cierto punto, no está
claro lo que se quiere decir respecto a cuánta cesación de la actividad mental
es necesaria. Teniendo en cuenta que el aforismo final, IV.34, define la
liberación (kaivalya) como la disolución (pratiprasavaḥ) de los guṇas
(guṇānāṃ), los componentes básicos de prakṛti,
podríamos entender que el proceso de nirodha se extiende hasta la cesación
total de todas y cada una de las experiencias. Ian Whicher, por otro lado,
argumenta sobradamente que la liberación no supone la total cesación de la
experiencia consciente, sino más bien la disolución de la nesciencia que hace
que la mente individual se identifique con puruṣa... En relación solamente con
el saṃprajñātasamādhi, resulta evidente que nirodha no
significa una completa cesación de la actividad mental o vṛtti.
De hecho, Vyāsa argumenta esto mismo en su comentario a I.2, donde afirma
que el sūtra no dice que tenga que cesar toda la actividad de la mente,
de tal forma que saṃprajñātasamādhi pueda incluirse bajo la
definición de yoga. Sin embargo, parece claro que algo de actividad mental debe
cesar para que pueda surgir saṃprajñātasamādhi. Después de todo, el YS
I.41 deja claro que el samāpatti sucede cuando disminuye la
actividad mental (kṣīṇavṛtti). ¿Entonces, qué debe cesar
concretamente? Se podría decir que la actividad en cuestión es solo una
distracción del objeto de concentración elegido, puesto que el yogui intenta,
tal como se instruye en I.32, practicar la fijación de la mente en
un punto (ekatattva abhyāsa). Aunque esto puede ser
necesario para alcanzar saṃprajñātasamādhi, parece no ser suficiente. Tal
como el YS
III.2 explica, la concentración ininterrumpida de la mente en un
único objeto tiene lugar ya en dhyāna, un estado meditativo que
precede al samādhi. En consecuencia, parece que
se precisa una mayor cesación para alcanzar saṃprajñātasamādhi (Humphrey, William Townsend, “Phenomenological
Yoga: An Husserlian Approach to Patañjali’s Yogasūtra”, pag 74-75).
1.2(4): cittaṃ
hi prakhyā-pravṛtti-sthiti-śīlatvāt triguṇam |
Puesto que la mente siempre tiende hacia la iluminación (prakhyā) (en la que
predomina sattva), la
actividad (pravṛtti) (en la que
predomina rajas) y la
estabilidad (sthiti) (en la que predomina tamas), debe estar
compuesta por las tres cualidades fundamentales de la materia (guṇas).
—El sustantivo rajas significa, literalmente, “impureza”;
con referencia a la fisiología de la mujer, significa “menstruación”; y, en una
acepción más general, “polvo”. La palabra se relaciona con ranj, rakta, “rojez,
color” y con rāga,
pasión. Tamas,
literalmente “oscuridad, negro, azul negro”; espiritualmente: “ceguera”;
connota la inconsciencia que predomina en los reinos animal, vegetal y mineral.
Al tamas se debe toda falta de
sensibilidad, toda frialdad, crueldad e inercia. Es causa de melancolía,
ignorancia, error e ilusión (Zimmer, H. “Filosofías de la India”).
—Todo lo material está
determinado por estos tres factores indeclinables: a) la iluminación, es decir,
la manifestación (todo lo material se manifiesta, se siente, se percibe); b) la
acción, es decir, el cambio (todo lo material cambia, está en constante disposición
de cambio, se mueve, actúa); c) la inercia, es decir, la estabilidad (todo lo
material presenta un aspecto estable o inerte, claramente definido por Newton
en su Ley de la Inercia). Es decir, lo material tiene que ser necesariamente
para nosotros manifestable, cambiante e inerte (Ballesteros Arranz, Ernesto “Yogasutras
de Patañjali”).
—Los sentidos perciben la
materia tosca exterior caracterizada por su masa y su energía. La energía es
también atributo de la mente, no así la masa. Según el sāṃkhya, el
pensamiento se transforma a sí mismo en la figura, color y demás
características de la cosa que se ha convertido en su objeto. Esto resulta
factible al conseguir la “convibración cognoscitiva”, gracias a que los
componentes de todas las cosas son idénticos (los tres guṇa) aunque conjuntados en muy
diversas proporciones (Moreno Lara, Xavier “El Yoga clásico”).
—Dado que la concepción de
Patañjali sobre el yoga en YS I.2-16 no hace referencia alguna a la teoría de
los guṇas,
tenemos que preguntarnos sobre la razón para la enfática exposición por parte
de Vyāsa en este sūtra sobre la teoría de los guṇas. ¿Por
qué centra Vyāsa su atención en este asunto cuando se trata del cese de
las actividades mentales? Muy probablemente, en este contexto Vyāsa tiene
en cuenta el último sūtra (IV.34); en éste sūtra Patañjali asimila
la liberación (kaivalya) con
la disolución de los guṇas en
su fuente. Dice así: “La involución de los guṇas, desprovistos de todo sentido para el “sí-mismo-esencial”,
es el kaivalya, el establecimiento en sí
mismo de la pura conciencia”. De esta forma, Vyāsa conecta el YS I.2 con
el YS IV.34, una poderosa conexión que proporciona coherencia e integración a
todo el texto. Obviamente, la conexión del YS I.2 con el YS IV.34 proporciona
al Yogasūtra un sentido mejorado de coherencia atractivo para su
interpretación (Grinshpon, Yohanan “Silence Unheard – Deathly Otherness in
Pātañjala-Yoga”, pág. 83).
1.2(45):
prakhyā-rūpaṃ hi citta-sattvaṃ rajas-tamobhyāṃ
saṃsṛṣṭam aiśvarya-viṣaya-priyaṃ
bhavati |
Sin duda, cuando el aspecto más puro (sattva) de la mente,
cuya naturaleza es iluminación, resulta influenciado por la actividad y la
estabilidad, (ésta) se siente inclinada hacia el poder y la posesión (de los
objetos externos).
1.2(5): tad eva
tamasānuviddham
adharmājñānāvairāgyānaiśvaryopagaṃ bhavati
|
Esa misma mente (sattva) influenciada por la estabilidad (tamas) se inclina
hacia la injusticia (adharma) y la
ignorancia, el apego y la impotencia.
1.2(5): tad eva prakṣīṇa-mohāvaraṇaṃ
sarvataḥ pradyotamānam anuviddhaṃ rajo-mātrayā
dharma-jñāna-vairāgyaiśvaryopagaṃ bhavati |
(Cuando) en dicha mente (sattva) se ha
eliminado el filtro del engaño (moha) (y) comienza a brillar (una clara
comprensión del conocedor, el órgano de conocimiento y el objeto conocido), aun
cuando todavía haya cierta influencia de actividad (rajas), aparecen la
justicia (dharma), el
conocimiento (jñāna), el desapego
y el poder.
1.2(5): tad eva
rajo-leśam ālepanaṃ svarūpa-pratiṣṭhaṃ
sattva-puruṣānyatā-khyāti-mātraṃ
dharma-megha-dhyānopagaṃ bhavati |
Cuando esta misma (mente) ha eliminado el último vestigio
de actividad (rajas), se establece en su verdadera naturaleza llegando así a
concebir directamente la idea (khyāti) de que el intelecto puro (buddhisattva) y el “si-mismo-esencial”
(puruṣa) son
diferentes, alcanzando entonces la meditación denominada “nube de virtud” (dharmamegha).
—El samādhi de
la nube de dharma es
el más alto nivel de samādhi admitido
en Yoga Clásico. Sigue a la visión de discernimiento (vivekakhyāti) y
es el inmediato precursor de la liberación última (kaivalya). Es la más alta forma del asaṃprajñātasamādhi
(Feuerstein, George “Encyclopedic Dictionary of Yoga”).
— Para el punto de vista de que prasaṃkhyāna
y vivekakhyāti son sinónimos, sostengo que los dos términos tienen un
significado distinto. En el pasaje citado anteriormente (PYŚ 1.2), sattvapuruṣānyatākhyātimātraṃ (solo discernimiento de la
diferencia entre sattva y puruṣa) es una descripción de prasaṃkhyāna.
Esto no es idéntico a vivekakhyāti (discernimiento
discriminatorio), porque aunque ambos términos indican el mismo estado
perceptivo, uno es provisional (sattva de puruṣa) y otro es último (prakṛti
de puruṣa) (O'Brien-Kop, Karen, “Classical Discourses of Liberation
Shared Botanical Metaphors in Sarvāstivāda Buddhism and the Yoga of
Patañjali”, pag. 133-134, y nota 42).
1.2(56): tat-paraṃ
prasaṅkhyānam ity ācakṣate dhyāyinaḥ |
Los yoguis consideran esa (forma de meditación) como la comprensión más profunda (prasaṃkhyāna).
—Aunque el Vivaraṇa de
Śaṅkara de c. del siglo VIII
afirma en PYŚ 1.2 que dharmameghadhyāna y dharmameghasamādhi son
idénticos, sostengo que las declaraciones en PYŚ 4.29 y 4.30-4.31
sugieren, no obstante, que dharmameghasamādhi es
distinto de dharmameghadhyāna. En
primer lugar, dharmameghasamādhi se
identifica como la posesión de vivekakhyāti
(discernimiento discriminatorio) 'en todos los sentidos' o 'a través de todo' (sarvathā) que
indica un estado completamente pleno. En segundo lugar, dharmameghasamādhi
implica el abandono de prasaṃkhyāna
(reelección discriminativa), que es equivalente a dharmameghadhyāna
(PYŚ 1.2), infiriendo que dharmameghasamādhi es
un estado avanzado más allá de dharmameghadhyāna. De
acuerdo con los textos soteriológicos de la época, incluidos los textos
budistas, Patañjali trata los términos dhyāna y samādhi como
significantes técnicos distintos en su texto, por lo que no hay razón para
suponer que colapsa los dos términos en uno solo cuando se trata de dharmamegha. La
progresión de dharmamegha de
un estado de dhyāna a
uno de samādhi
representa la secuencia típica de la absorción a la concentración, tal como
vemos tanto en los esquemas de meditación de Patanjali como en los budistas. La
estructura literaria del PYŚ también infiere la importancia del dharmamegha y la
idea de una progresión de dharmameghadhyāna a dharmameghasamādhi en
el sentido de que estos dos conceptos distintos ponen entre paréntesis el texto
mismo: dharmameghadhyāna se
discute al comienzo del texto (PYŚ 1.2) mientras que dharmameghasamādhi se discute
al final del texto (PYŚ 4.29; 4.30-31), sugiriendo que, dentro de la
estructura general del sendero, se comienza con la técnica (dhyāna) y
se finaliza con el resultado (samādhi)
(O'Brien-Kop, Karen, “Classical Discourses of Liberation Shared Botanical
Metaphors in Sarvāstivāda Buddhism and the Yoga of Patañjali”, nota
40, pag. 133-134).
—Prefiero traducir la palabra prasaṃkhyāna como
'intelección superior' para que pueda distinguirse de paramprasaṃkhyāna (YB
I. 2). Prasada, cuya traducción estoy siguiendo, traduce ambas palabras como la
Intelección más elevada. A mi juicio, una traducción de este tipo puede dar
lugar a malentendidos y confusiones. Con el fin de evitar tal confusión, elijo
traducir prasaṃkhyāna como
'intelección superior', en la medida en que denota un conocimiento que es
superior a lo que se adquiere a través de los pramāṇas. De esta manera, lo distingo de paramprasaṃkhyāna (la
Intelección más elevada) que se caracteriza por la ausencia de deseos extendida
incluso a prasaṃkhyāna (YS
IV. 29). Paramprasaṃkhyāna
reconoce la limitación de prasaṃkhyāna y la
correspondiente necesidad de trascenderla para el logro del verdadero mokṣa— kaivalya. Vyāsa considera que paramprasaṃkhyāna es
sinónimo de dharma-megha (YB I. 2) pero a lo largo de su bhāṣya usa
los términos prasaṃkhyāna y paramprasaṃkhyāna
indistintamente, permitiendo así la posibilidad de malentendidos (Pinto, Ian “The
Concept of Yogic Liberation: Moksa in Patanjali Yoga”, nota 327)
1.2(6):
citi-śaktir apariṇāminy aparatisaṅkramā
darśita-viṣayā śuddhā cānantā ca |
sattva-guṇātmikā ceyam, ato viparītā
viveka-khyātir iti |
La “conciencia-energía”
(citiśakti) es inmutable
y no se relaciona con los objetos, aunque los objetos se manifiesten ante ella;
es pura e infinita. Opuesto a la “conciencia-energía” está el “conocimiento-de-la-diferencia”
(entre el intelecto y ella misma) (vivekakhyāti), cuya
naturaleza es la pureza (sattva).
—Se han dado cinco adjetivos
para definir citiśakti o
conciencia pura: pura, infinita, inmutable, no relacionada con los objetos y,
al mismo tiempo, “iluminando” los que se presentan ante ella. Esta última
cualificación da a entender que se trata de aquello ante lo cual buddhi presenta los objetos. En otras
palabras, es aquello que hace consciente a buddhi y conduce a la comprensión de tales objetos. Aunque los
objetos se manifiestan bajo su influencia, la conciencia pura no es activa ni
cambiante. Por esto se dice que no se relaciona con los objetos, es decir,
permanece inactiva y desapegada. Inmutable significa que no cambia. Pura quiere
decir que no resulta afectada por los principios de la inercia o la acción.
Además, es totalmente autoluminosa. Es infinita, no en el sentido de ser un
compuesto de un infinito número de unidades finitas, sino en el sentido de que
el concepto de finitud no le resulta aplicable en ningún caso
(Hariharānanda Āranya, Swami “Yoga philosophy of Patañjali”).
—Citta y buddhi
pueden traducirse ambos como mente. La palabra buddhi se utiliza cuando el énfasis se deposita en las funciones
cósmicas e intelectivas de la mente. La palabra citta se utiliza cuando el énfasis se establece en el lado
conservador de la mente, como depósito de todas las experiencias, memoria, etc.
(Dasgupta, Surendranath “Yoga as Philosophy and Religion”, nota pag.
92)
1.2(6):
atas tasyāṃ viraktaṃ cittaṃ tām api khyātiṃ
niruṇaddhi |
Puesto que en el “conocimiento-de-la-diferencia”
(vivekakhyāti) aún existe
un rasgo de impureza, la mente debe permanecer indiferente ante dicho
conocimiento, llegando (así) a su inhibición (la mente, como tal, deja de
funcionar).
1.2(6):
tad-avasthaṃ cittaṃ saṃskāropagaṃ bhavati |
En ese estado lo único que permanece es una impresión
subliminal latente (saṃskāra).
sa
nirbījaḥ samādhiḥ |
Esto se conoce como interiorización completa sin semilla (nirbījasamādhi).
1.2(6):
na tatra kiñcit samprajñāyata ity asamprajñātaḥ |
Se considera como un (estado de yoga) “más-allá-del-conocimiento-trascendente”
(asaṃprajñāta) pues en él
no hay conocimiento objetivo alguno.
—El Yoga es el sometimiento de
las modificaciones de la mente con el fin de hacer que el veedor (puruṣa,
espíritu individual como sujeto de todo conocimiento) se mantenga en su
auténtica naturaleza y no participe, como sucede cuando ese no es el caso, de
la naturaleza de esas modificaciones. La concepción básica es la siguiente: la
mónada espiritual conoce con la ayuda de citta, hecho de fuerza-sustancia sutil. El citta del hombre común está
constituido por los tres componentes de la naturaleza primordial: sattva, rajas y tamas. Se encuentra en movimiento
ininterrumpido, pues en él se realiza un constante cambio de representaciones.
Estas modificaciones (vṛtti) no
son meras apariciones en la superficie de citta, las cuales, como en el juego de las olas del mar, solo se
manifiestan en su superficie, sin dejar rastros una vez que han desaparecido.
Más bien, ellas constituyen la esencia de citta; éste existe, en cierta medida, en la forma de sus
estados. Por eso las modificaciones se conservan en citta en forma latente como saṃskāra,
como impresiones inconscientes, y pueden reactualizarse en cualquier momento.
En vista de que cada vṛtti, sin
tener en cuenta su duración momentánea, origina un saṃskāra,
pero cada saṃskāra solo
en determinadas condiciones puede volver a producir un vṛtti, es
de primerísima importancia para el hombre no dejar librado a sí mismo el juego
de la actividad mental, sino controlarlo firmemente y preocuparse porque todos
los movimientos del pensamiento, que pueden convertirse en causa de malas
disposiciones, sean sistemáticamente eliminados y reemplazados por buenas
disposiciones, es decir, beneficiosas para el progreso hacia la salvación
(Glasenapp, H.V. “La filosofía de los hindúes”).
—La inhibición de las
fluctuaciones significa que, mediante la práctica, se adquiere el poder de
mantener la mente impasible ante la contemplación de un objeto concreto. Esto
es yoga. El acmé de tal quietud
es el samādhi (concentración), o mantenimiento de la mente fija en un
objeto concreto de tal forma que se pierda la sensación de individualidad
(Hariharānanda Āranya, Swami “Yoga philosophy of Patañjali”).
—Este aforismo no presenta una
definición completa de yoga, sino solo un anuncio preliminar. El origen de la
confusión está en el hecho de que nirodha
designa tanto el proceso de inhibición como el estado inhibido, una distinción
que Vyāsa ha
ignorado descaradamente. En este particular contexto, nirodha se utiliza en un sentido
restrictivo, como han reconocido los exégetas clásicos. La afirmación de Vācaspati
Miśra de que “el yoga es un estado particular de la mente en el
cual las fluctuaciones (como) pramāṇa,
etc., están restringidas”, es definitivamente errónea. Tampoco puede
interpretarse este aforismo como dando a entender que “(el objetivo del) yoga
es la inhibición de las fluctuaciones de la conciencia”, puesto que el destino
último del yogui no es la inhibición de los cinco modos de actividad mental de
la conciencia exterior sino la “soledad de la visión” (dṛśkaivalya). El
proceso de “restricción” comprende varios niveles de aplicación y la afirmación
de este sūtra se refiere solo al grado inferior de inhibición (nirodha) y no al sarvanirodha.
Debe concluirse que este aforismo presenta una definición preliminar del yoga
como un proceso de restricción, que se inicia con la inhibición de los vṛtti (Feuerstein,
Georg “The Philosophy of Classical Yoga”).
—Hay cuatro niveles de nirodha: a) vṛttinirodha, o
inhibición de las fluctuaciones, que es alcanzado por medio de la meditación, dhyāna (II.11);
b) pratyayanirodha, o
inhibición de las ideas que se presentan, alcanzado en el nivel del énstasis
consciente, saṃprajñātasamādhi; c) saṃskāranirodha, o inhibición de los activadores subliminales, alcanzado
en el nivel del énstasis supraconsciente, asaṃprajñātasamādhi; d) sarvanirodha, o
inhibición completa, que coincide con el dharmameghasamādhi (Feuerstein, George “Textbook of Yoga”).
1.2(6): dvividhaḥ
sa yogaś cittavṛttinirodha iti ||2||
Este estado de yoga en el que
cesa la actividad mental ordinaria, (es) de dos clases.
—Vṛttinirodha puede significar tanto la inhibición
parcial de los cinco tipos de fluctuación mental como la completa (sarva), cubriendo así cada fase de
inhibición sensorial, concentración y absorción meditativa. Se trata de un
proceso continuo que incrementa la restricción.
Los conocimientos válido (pramāṇa) y
falso (viparyaya), dependientes ambos de un
soporte objetivo, son los primeros en ser eliminados durante el proceso de
interiorización. Una vez que la absorción meditativa (dhyāna) se
establece cesa el contacto con el medio externo. Vikalpa también se restringe con facilidad. Más difícil es la
eliminación del sueño (nidrā). Es
bastante común que durante los primeros intentos de absorción meditativa, en
lugar de alcanzar el estado restrictivo, la mente caiga en el adormecimiento.
La mente principiante es incapaz de sostener la intensa concentración requerida
por largo tiempo y rápidamente sucumbe ante el cansancio. Sin embargo, el mayor
impedimento de todos es la poderosa memoria humana que continuamente llena el
espacio de la conciencia con pensamientos, imágenes y sentimientos. Su control
completo solo puede alcanzarse tras una intensa práctica de dhyāna. La “memoria”
(smṛti) se
refiere aquí a la acción concreta de recordar y no, como en I.43,
a la memoria profunda (Feuerstein, Georg “The Philosophy of Classical Yoga”).
—Los vṛttis no
son destruidos o aniquilados, pues no existen aparte de citta. Como afirma Bojarāja, “los vṛttis son
partes del todo, que es citta”, y por tanto, aniquilar los vṛttis supondría
aniquilar la mente; y, aunque en ciertos textos de yoga se insiste en lo
deseable que puede ser la “muerte” de la mente, debe recordarse que la mente
solo “muere” en el sentido de que se vuelve un reflector tan puro de puruṣa
que se hace indistinguible con él (Burley, Mikel “Hatha-Yoga - Its Context,
Theory and Practice”).
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