Yoga Sūtras
Aforismos sobre Yoga de Patañjali
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Actualizado:
noviembre 2024
Pātañjalayogaśāstra (bahir akalpitā vṛttir
mahāvidehā tataḥ prakāśāvaraṇakṣayaḥ)
160.
En consecuencia, surge la actividad externa instintiva de la mente,
conocida como el estado mental sin conexión corporal; con él desaparece el velo
que oculta la luz interior. El proceso
mental que funciona fuera del cuerpo es la concentración denominada instintiva;
si se trata de un proceso mental sobre objetos externos pero en conexión con el
cuerpo, se denomina incorpórea intencional; más, cuando se trata de un proceso
mental externo que se halla desconectado del cuerpo mismo, es instintiva. Se
practica a través de la intencional para lograr la instintiva, que es el
profundo estado incorpóreo. Con él, el yogui puede entrar en
otros cuerpos. Gracias a la concentración, desparece el velo del intelecto cuya
esencia es la luminosidad y que se manifiesta triplemente como causas de aflicción, acciones y sus frutos.
वहिरकल्पिता वृत्तिर्महाविदेहा ततः प्रकाशावरणक्षयः॥४३॥
bahir akalpitā vṛttir
mahāvidehā tataḥ prakāśāvaraṇakṣayaḥ
||43||
En
consecuencia, [surge] la actividad externa instintiva [de
la mente, conocida como] el profundo estado [mental] sin conexión corporal; con él
desaparece el velo que oculta la luz [interior]
(Traducción propia)
(Otras traducciones)
Vyaas Houston |
La vṛtti-actividad externa no
imaginaria (real, que define citta),
es el gran estado-fuera-del-cuerpo. A partir de esto, la dispersión del
cobertor de la luz
|
Georg
Feuerstein |
Una no imaginaria fluctuación (vṛtti)
externa [de la conciencia] es el “gran incorpóreo”, a partir del cual [se
logra] la reducción de los cobertores de la luz [interior]
|
Christopher
Chapple y Yogi Ananda Viraj |
Una genuina fluctuación externa es el gran
descarnado; a partir de aquí se destruye el cobertor de la luz
|
P.
V. Karambelkar |
(A partir de éste saṃyama también resulta) el vṛtti (de la mente
o de citta) (denominado como) el Mahāvideha (el Gran incorpóreo) (vṛtti
con una direccionalidad) externa (e) inimaginable. A partir de esto (más
adelante se logra) la disminución y desaparición de los cobertores de la
iluminación (interior)
|
James
Haughton Woods |
Una fluctuación aparentemente no regulada es el
Gran Desencarnado; su resultado es la reducción de los cobertores de la
luminosidad
|
71. Phulgenda Sinha |
La implicación de la mente (concentración) con
todos los objetos externos es inimaginable por el intelecto debido a la
vastedad de formas (gran variedad de formas). Mediante la práctica de Saṃyama en ellos se desvanece el
cobertor del conocimiento (luz)
|
Emilio
García Buendía |
La fluctuación mental no construida externamente
(se denomina) gran incorpórea, por tanto (por saṃyama sobre ella se obtiene) la disolución de la
obstrucción de la luminosidad
|
Oscar
Pujol |
La función externa y no mediatizada [de la mente
es llamada] la Gran Incorpórea. A partir de ahí, la destrucción del velo de
la luz
|
Chip Hartranft |
Cuando la mente se desliga por completo de las
cosas exteriores —“la gran liberación del cuerpo”—, se aparta el velo que
ocultaba la luminosidad de la mente
|
Vocabulario
bahir akalpitā vṛttir mahā-videhā tataḥ
prakāśa-āvaraṇa-kṣayaḥ
tataḥ (en
consecuencia) bahir akalpitā vṛttir (la actividad externa no conceptual) mahā-videhā (es
el profundo estado incorpóreo); prakāśa-āvaraṇa-kṣayaḥ (desaparece el velo que oculta la luz)
bahis- (bahir-): afuera, exterior,
externo.
akalpita (akalpitā): (f, nom, sg) sin forma, no conceptual;
genuina, natural, inimaginable, no
intelectual; dicho de un proceso mental en el que el sentido del yo no se
identifica con el cuerpo; involuntario, instintivo
vṛtti
(vṛttiḥ): (f,
nom, sg) modificación, giro, fluctuación; 1) remolino, torbellino; 2) proceso o
actividad.
mahā-: grande, profundo,
intenso.
videha (videhā): (f, nom, sg) desencarnada, incorpórea; 1) se
entiende generalmente como la separación entre puruṣa y prakṛti en la muerte; 2) muerta, fallecida, difunta; 3) esbozada, resumida,
esquematizada.
tad
(tataḥ): (indecl) en consecuencia, de esta forma, de ahí, desde allí, desde entonces,
por eso, por lo tanto, por consiguiente, así, como, igual que.
prakāśa-: luz, iluminación, brillo,
esplendor; 1) naturaleza de sattva, uno de los tres principios fundamentales de
la materia (guṇas).
āvaraṇa-: cobertor, velo, barrera,
impedimento, obstáculo.
kṣaya
(kṣayaḥ): (m,
nom, sg) 1) destrucción, desaparición, eliminación,
pérdida, fin; 2) disminución, declive, depreciación.
Vyāsa — Yoga-Bhāṣya (s. V.)
3.43(160): śarīrād
bahir manaso vṛttilābho
videhā nāma dhāraṇā |
sā yadi śarīra-pratiṣṭhasya
manaso bahirvṛtti-mātreṇa
bhavati, sā kalpitety ucyate |
El proceso
mental (que funciona) fuera del cuerpo es la concentración (dhāraṇā) denominada instintiva (akalpitā); si se trata de un proceso mental sobre objetos
externos pero en conexión con el cuerpo, se denomina intencional (kalpitā);
—Vyāsa diferencia entre una fluctuación exterior de la conciencia que reside
en el cuerpo y una fluctuación exterior que se externaliza. La primera se
denomina kalpitā (literalmente, “con forma”) y la segunda akalpitā (“sin forma”). Explica que el tipo sin forma
se logra mediante el otro tipo y que se trata de una concentración (dhāraṇā). Lo que se pretende explicar aquí es la proyección de la conciencia
fuera del cuerpo, primero como un ejercicio intelectual (kalpitā) y más adelante como la auténtica externalización de la conciencia,
no intelectual (akalpitā).
Como aclara Vācaspati Miśra,
esto no tiene solo como propósito la penetración en otro cuerpo, sino también
la eliminación de los conceptos erróneos que acompañan la naturaleza de la
conciencia (Feuerstein, Georg “The Yoga-Sūtra of Patañjali”).
—La fluctuación o noción de la mente, cuando se
concibe como fuera del cuerpo, se llama concentración sin forma. Si esa
concentración es causada por la mente retenida dentro del cuerpo por su
concepción externa, se llama kalpitā
(imaginada). Sin embargo, si la concentración de una mente, que es
independiente del cuerpo, se relaciona con el exterior del cuerpo, se conoce
como akalpitā (inimaginable o real). La mente
retenida dentro del cuerpo y concentrada externamente se llama kalpitā (imaginada). Y cuando la mente se desvanece y penetra la realidad de
la mente universal más allá del intelecto, se trata de akalpitā. Tales etapas se mencionan en Yoga Sūtra II.52 y III.36.
Es una comprensión intuitiva. Entre estas funciones, la concentración mahāvideha se practica con la ayuda de la concentración imaginada. Más adelante,
mediante la inimaginable concentración, la mente del yogui puede entrar en el
cuerpo de otro. Mediante tal concentración, se elimina el velo del intelecto
sensible, en la triple forma de kleśa
(aflicción), karma (acción) y vipāka (fruición) que se origina de rajas y tamas. El problema parece ser el de
llegar al objeto de meditación y fijar la base en el proceso de intuición. Es
una percepción conseguida a través de la escalada hacia un mayor nivel de
conciencia. (Yogendra, Jayadeva “Cyclopedia of Yoga, vol. II”, p. 87-88).
—Vyāsa explica que mahāvideha
es un citta-vṛtti (actividad mental) que es parte de dhāraṇā.
La mayoría de los comentaristas describen mahāvideha como un estado en el
que citta entra en otro cuerpo. Bhojarāja
(Śāstri [1982], p. 155) sugiere que es un
estado meditativo en el que el yogin pierde cualquier
sentido corporal, o está totalmente libre de identificación con el cuerpo o
propiedad del mismo (Raveh, Daniel “Expolring The
Yoga Sutras. Philosophy and
Translation", pag 143,
nota 48).
3.43(160): yā tu śarīra-nirapekṣā bahir-bhūtasyaiva
manaso bahir-vṛttiḥ, sā khalv
akalpitā | tatra kalpitayā sādhayaty akalpitāṃ
mahā-videhām iti,
más, cuando
se trata de un proceso mental externo que se halla
desconectado del cuerpo mismo, es instintiva (sin forma). Se practica a través de
la intencional para lograr la instintiva, que es el profundo estado incorpóreo.
—Mediante saṃyama sobre
la consciencia, el yogui vive sin un cuerpo; esto es algo inimaginable y, sin
embargo, cierto. Es un siddhi, llamado mahāvideha siddhi o gran descarnación... Si la consciencia se traslada
fuera del cuerpo, pero mora en el cuerpo, se denomina un estado imaginable.
Cuando esa misma consciencia pasa fuera del cuerpo, independiente y sin morar
en él, entonces es un estado inimaginable. En mahāvideha, el yogui desconecta su cuerpo de la consciencia, de manera que no le
influyan las aflicciones (Iyengar, BKS “Luz sobre los Yoga Sūtras de Patañjali”, p. 319).
3.43(160): yayā para-śarīrāṇy āviśanti
yoginaḥ | tataś ca dhāraṇātaḥ
prakāśātmano buddhi-sattvasya yad āvaraṇaṃ
kleśa-karma-vipāka-trayaṃ rajas-tamo-mūlaṃ
tasya ca kṣayo bhavati ||43||
Con él, el
yogui puede entrar en otros cuerpos. Gracias a la
concentración, desaparece el velo del intelecto cuya esencia es la luminosidad
y que se manifiesta triplemente como causas de aflicción (kleśas), acciones
(karma) y sus frutos (vipāka).
—A medida que
el yogui progresa siente debilitarse las ataduras de las envolturas corporales
y su dependencia de los sentidos y de la razón discursiva. Empieza a dirigir su
mente a lo que está fuera de su esfera limitada y, eventualmente, llega a
alcanzar el “gran estado incorpóreo” en
que ya no está más condicionado por el ego y la mente existe como si fuese
independiente del cuerpo, los sentidos y la razón (Gardini, Walter “Yoga clásico”).
—El problema que plantea este sūtra es comprender el significado de akalpita-vṛtti, dicho en otras palabras, ¿qué clase de oscilación o fluctuación mental cae bajo el concepto de “genuino, no artificial, no
construido” (akalpita)? En este caso se interpreta en este trabajo como cualquier
fluctuación mental que carece de contenido, de representación, es decir, que no
es intencional. De hecho, Vyāsa divide las modificaciones mentales (vṛttis) en dos tipos: 1) “construidas” (kalpita) y 2) “no construidas” (akalpita). Para poder pensar si esto fuera posible se puede acudir a un
experimento mental dado que nuestra memoria carece de este recuerdo. Imaginemos
a un recién nacido con unos pocos meses que obviamente tiene actividad cerebral
y recibe un cúmulo de inputs que
carecen aún de significado para él. Desde ese punto de vista, cuando el ser
humano percibe el mundo externo automáticamente el cerebro identifica y
atribuye sentido a todo el torrente de información que recibe. Por eso, las
fluctuaciones mentales de cualquier adulto se podrían denominar “construidas, manufacturadas”. A sensu contrario todas las percepciones que aún no han sido
elaboradas o dotadas de sentido se podrían denominar “genuinas, no artificiales, no
construidas” (akalpita) (García
Buendía, Emilio “El
yoga como sistema filosófico”, pág. 409).
—Este sūtra
ofrece otro método para hacer salir la mente del cuerpo y poder poseer
mentalmente el cuerpo de otro (cf. 3.38). Según
Vyāsa, la mente puede salir del cuerpo de dos formas diferentes: de una
forma directa o de una forma indirecta, mediatizada por los sentidos. La forma
indirecta o mediatizada se produce durante la percepción de objetos externos
cuando la mente capta la forma de estos objetos mediante la ayuda de los
sentidos. La sustancia mental literalmente se derrama a través de los sentidos
y sale fuera para captar las propiedades externas de la forma, el tacto, el
gusto, el sonido y el olor. Por lo tanto, el proceso mental mediante el cual la
mente, permaneciendo en el cuerpo, sale al exterior a través del canal de los
sentidos es la función externa mediatizada de la mente y se denomina Incorpórea
(videha). En el caso de la función externa no mediatizada,
la mente, desde fuera del cuerpo y con total independencia, percibe otro objeto
externo. Esta función externa no está mediatizada y se denomina la Gran
Incorpórea o Mahāvideha. La Mahāvideha tiene la capacidad de destruir el velo formado por rajas y tamas que cubre la mente. Según
Vyāsa, para conseguir esta Gran Incorpórea hay que meditar en la
Incorpórea, la función que hace salir la mente de una forma indirecta. Los
yoguis avanzados, pues, pueden hacer salir la mente del cuerpo en la meditación
profunda de un objeto externo, y de este modo incluso pueden poseer otros
cuerpos (Pujol, Oscar “Yogasūtras”, p. 300-301).
—Tal como se ha comentado en el sūtra III.42,
cuando se afirma que el yogui puede volar a través del aire, normalmente nadie
atestigua haberlo visto. Algunos comentaristas lo explican diciendo que el
yogui se vuelve invisible gracias al saṃyama del sūtra III.21.
Lo más probable es que (su citta)
abandone el cuerpo y se mueva en un estado sin cuerpo (videha). Con esta comprensión del vibhūti del sūtra III.42,
la objeción de improbabilidad se queda al margen. La habilidad de salir del
propio cuerpo e incluso de observarlo como un objeto contemplado desde afuera
es un logro básico en yoga y lo experimentan muchos sādhakas muy pronto durante su yoga sādhana, especialmente cuando tienen cierta experiencia en meditación. Pero
en tal estado sin cuerpo el citta del sādhaka mantiene una relación con él y continúa reconociéndole como su morada
permanente. (La Parapsicología y quizás también la Teosofía postulan que en tal
estado extra físico se mantiene la unión mediante una fibra plasmática entre
nuestro cuerpo y la entidad externa, ya sea el espíritu, la mente, etc.). Este
es el estado normal de videha (de
acuerdo con el Yoga y el misticismo. El término videha en el Vedānta tiene un significado distinto). Muy probablemente,
a raíz de la necesidad de mantener contacto con el cuerpo, citta no puede alejarse demasiado de él. El movimiento en el espacio es
posible hasta cierto punto, dependiendo de la extensibilidad de esa unión. Para
disponer libremente de todo el movimiento en el espacio hacia cualquier punto,
tal conexión resulta un obstáculo. Mediante el saṃyama del sūtra III.42,
tal conexión restrictiva se elimina también. El citta del yogui desarrolla así la habilidad de funcionar sin atadura
corporal, moviéndose externamente sin límites. Esta potencialidad o vibhūti se denomina aquí mahā-videha. Los otros adjetivos bahir y akalpita añaden que el citta del
yogui es capaz de ir hacia cualquier sitio, incluso más allá de los límites
imaginables. Gracias al desarrollo del poder de moverse a cualquier punto del
Universo sin restricción alguna, citta es
ahora capaz de obtener conocimiento en cualquier sitio a través de la
percepción directa. De esta forma, se elimina totalmente la limitación al
conocimiento. Citta se vuelve casi omnisciente, que
es lo que se indica con la frase prakāśāvaraṇakṣaya, es decir, “la desaparición del velo u obstrucción que oculta la luz, el
conocimiento”. La
desaparición del velo que oculta la luz también se menciona como resultado
de la práctica del prāṇāyāma en el sūtra II.52.
Se trata del desarrollo de una potencialidad de citta con objeto de aquietarla, gracias a que citta es capar durante el prāṇāyāma de interiorizar profundamente el objeto sobre el que dirige la
meditación (al menos en el sistema yoga de Patañjali). Citta en ese proceso adquiere conocimiento de forma similar al
razonamiento. Gracias al vṛtti mahā-videha, citta sale realmente del cuerpo y
penetra el objeto que desea conocer, observándolo directamente. La diferencia
con prakāśāvaraṇakṣayas es en cierta forma como la existente entre anumāna (inferencia) y pratyakṣa
(percepción directa mediante los sentidos) (Karambelkar, Dr. P.V. “Pātañjala Yoga Sūtra”, pag.
465-467).
—El sūtra III.43 es el único sūtra, además del I.19, en los
Yogasūtras que incluye la palabra 'videha'. Según mi propio criterio, este sūtra significa sencillamente que: “Un movimiento no sujeto a control de la espiración
es el gran incorpóreo; a partir de ello se destruye el velo que oculta la luz ”. Esta traducción está motivada por la asociación
del sūtra III.43 con
los sūtras II.50
y II.51
que tratan del control de la respiración (prāṇāyāma) como resultado de la destrucción del velo que
oculta la luz (II.52).
La palabra 'vṛtti' en III.43 significa ‘actividad,
movimiento, fluctuación de la respiración', al igual que en II.50, y no
'pensamiento' en el sentido de 'cittavṛtti' como Vyāsa supone (Oostwaard,
E. “On the Origin of the Yogasūtra", pag 24-25).
Bhoja — Rāja-Mārtanda
(1018-1060)
||3.43|| śarīrādvahiryā
manasaḥ śarīranairapēkṣyēṇa
vṛttiḥ sā mahāvidēhā nāma vigataśarīrāhaṅkāradārḍhyadvārēṇōcyatē.
tatastasyāṅ kṛtātsaṅyamātprakāśāvaraṇakṣayaḥ
sāttvikasya cittasya yaḥ prakāśastasya yadāvaraṇaṅ
klēśakarmādi tasya kṣayaḥ pravilayō bhavati. ayamarthaḥ
-- śarīrāhaṅkārē sati yā manasō bahirvṛttiḥsākalpitētyucyatē.
yadā punaḥ śarīrāhaṅkārabhāvaṅ
parityajya svātantryēṇa
manasō vṛttiḥ sā.kalpitā,
tasyāṅ saṅyamādyōginaḥ
sarvē cittamalāḥ
kṣīyantē.
Es llamada la gran incorpórea aquella modificación (vṛtti) de la
mente (manas) que, sin tener en cuenta al cuerpo, existe fuera del cuerpo, al
debilitarse la relación existente entre el cuerpo y la yoidad (ahaṃkāra). De aquí,
es decir de la práctica del saṃyama sobre esto, resulta la destrucción del velo que
cubre la claridad, es decir, la claridad de la mente bajo su aspecto puro o
luminoso (sátvico); la destrucción o desaparición se refiere al velo que la
cubre (āvaraṇa), y que consiste en las imperfecciones naturales, las acciones, etc.
El sentido es el siguiente. El funcionamiento (vṛtti) externo de la mente (manas) se dice que es mentalmente elaborado (kalpita), mientras existen el cuerpo y
la yoidad. Una vez abandonada, sin embargo, la vinculación entre el cuerpo y la
yoidad, aparece por sí misma una función de la mente que no es elaborada
mentalmente. Mediante la práctica del saṃyama sobre esto, desaparecen para el yogui todas las
máculas de la mente (citta).
tadēvaṅ pūrvāntaviṣayāḥ
parāntaviṣayā madhyabhavāśca
siddhīḥ pratipādyanantaraṅ
bhuvanajñānādirūpā bāhyāḥ kāyavyūhādirūpā
abhyantarā parikarmaniṣpannabhūtāśca
maitryādiṣu balānītyēvamādyāḥ
samādhyupayōginīścāntaḥkaraṇabahiḥ
karaṇalakṣaṇēndriyabhavāḥ
prāṇādivāyubhavāśca siddhīścittadārḍhyātsamādhau
samāśvāsōtpattayē pratipādyēdānīṅ svadarśanōpayōgisabījanirbījasamādhisiddhayē
vividhō pāyapradarśanāyā||ha
--
Se han descrito de esta manera los poderes, tanto en
lo que se refiere a los objetos de conocimiento en su fase anterior, como
también en su fase ulterior y en su fase intermedia. Inmediatamente después, se
han descrito las formas externas del conocimiento, como por ejemplo, del
universo, así como las formas internas relacionadas, por ejemplo, con la
disposición del cuerpo; igualmente, los elementos utilizados para la
purificación, comenzando con las así llamadas fuerzas (bala) que se relacionan, por ejemplo,
con la buena disposición. También se han descrito los procedimientos que
conducen al énstasis; la naturaleza de las características del funcionamiento
de los sentidos, tanto en su aspecto interior como en el exterior; la
naturaleza de los alientos (vāyu), como por ejemplo, del aliento vital (prāṇa); los
poderes que hacen firme la mente, cuando se produce la calma del énstasis. A
continuación, con el objeto de exponer los diversos procedimientos para la
obtención del énstasis con semilla y del énstasis sin semilla y que conducen a
la contemplación (darśana) de sí mismo (sva), dice lo siguiente.
Śaṅkara —
Yoga-Bhāṣya-Vivaraṇa (s. VIII-XIV?)
El proceso
mental exterior al cuerpo tiene lugar de forma puramente voluntaria, aquietando
la mente sobre un objeto concreto situado en otro lugar, por medio del samādhi.
La
concentración conceptual se denomina así porque se produce por medio de una
concentración intencionada (saṃkalpa) de la mente ligada al cuerpo; pero cuando por
medio del samādhi se disminuyen las ataduras del cuerpo, se vuelve instintiva.
Con la conceptual, quien logra el proceso mental exterior está aún limitado a
causa de la restricción corporal; con la instintiva, su experiencia ya no está
limitada por la restricción corporal. Ambas se denominan incorpóreas, puesto
que en ambas se encuentra la idea de “exterior”, pero la instintiva se denomina el profundo estado incorpóreo. La
práctica continuada de la meditación conceptual conduce finalmente a la instintiva.
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