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Actualizado: marzo
2024
Pātañjalayogaśāstra
(deśabandhaś cittasya dhāraṇā)
118.
Han sido explicados los cinco componentes externos de la
práctica. A continuación se explica dhāraṇā.
119.
En estado de pratyāhāra,
dhāraṇā es la
fijación de la mente en un punto. Dhāraṇā
es la fijación de los procesos mentales en un punto concreto, ya sea en el
centro energético del ombligo, en el loto del corazón, en la brillante luz
(situada) en la cabeza, en la punta de la nariz o en otras localizaciones
similares; incluso en objetos externos al cuerpo.
Vyāsa — Yoga-Bhāṣya (s. V.)
3.1(118):
uktāni pañca-bahiraṅgāṇi
sādhanāni |
Han sido explicados los cinco componentes externos de sādhana.
dhāraṇā
vaktavyā—
3.1(118): A continuación
se explica la concentración (dhāraṇā).
—El Capítulo II introdujo los ocho miembros del yoga de la
acción como el método más importante para cumplir el propósito del yoga y
describió los cinco primeros miembros. En este Capítulo se muestran los últimos
tres miembros y sus logros. Estos tres miembros son resultados más bien que
medios —son el florecimiento del yoga. Con su domino se adquieren facultades
excepcionales. Abiertos a este potencial, se pueden experimentar no solo
efectos positivos, sino también peligros y limitaciones. Dominando estos logros,
el yoga culmina en el estado de liberación, que constituye el tema del Capítulo
IV. La palabra vibhūti,
traducida como facultades excepcionales, procede de la raíz vibhū, que significa “producir, ser
producido, manifestarse, ser capaz”. Se puede traducir vibhūti de numerosas formas: grandeza
de poder, capacidad, fuerza, prosperidad, éxito, dignidad, rango, esplendor,
riqueza, rico, fortuna, poderes sobrenaturales, cenizas y marca espiritual. El
Capítulo III expone las facultades excepcionales y los últimos tres miembros
del yoga respondiendo a las siguientes cuestiones: III.1 a 3 ¿Cuáles son los
pasos hacia el dominio?; III.4 a 8 ¿Qué es el dominio y cómo utilizarlo?; III.9
a 12 ¿Cuáles son los diferentes niveles de transformación?; III.13 a 36 ¿Cómo
se explican las “facultades excepcionales”?; III.37 ¿Qué peligro presentan?;
III.38 a 49 ¿Cuáles son las facultades excepcionales?; III.50 a 51 ¿Qué debemos
evitar?; III.52 a 55 ¿En qué consiste la realización última? (Bouanchaud,
Bernard “The Essence of Yoga”).
देशबन्धश्चित्तस्य धारणा॥१॥
deśabandhaś
cittasya dhāraṇā ||1||
[En estado de abstracción sensorial,] la concentración es la
fijación de la mente en un [solo] punto
(Traducción
propia)
(Otras
traducciones)
Vyaas Houston |
Dhāraṇa-centramiento
es la fijación de citta-(la energía
del) campo de conciencia en un punto focal |
Georg Feuerstein |
Concentración (dhāraṇa) es la vinculación de la conciencia a un
[único] punto |
Christopher Chapple y Yogi Ananda
Viraj |
La concentración de la mente es (su)
sujeción a un lugar |
P. V. Karambelkar |
Dhāraṇa
(es) el confinamiento de citta (1)
en un punto; (2) dentro de una esfera (conceptual) limitada |
James Haughton Woods |
La vinculación del complejo mental a
un lugar es la atención fija |
29. Phulgenda Sinha |
La sujeción de la mente a una zona
(lugar) escogida se denomina concentración (Dhāraṇa) |
Emilio García Buendía |
La concentración de la mente
consciente (es) la ligadura a un lugar |
Oscar Pujol |
La concentración es la fijación de
la mente en un punto |
Chip Hartranft |
La concentración confina la mente a
una sola tarea |
Vocabulario
deśa-bandhaḥ cittasya dhāraṇā
dhāraṇā (la concentración) deśa-bandhaḥ cittasya (es la fijación de la mente en un punto)
deśa-: lugar, posición, región,
espacio, punto.
bandha
(bandhaḥ): (m, nom, sg) 1) conexión con algo, poner junto a algo, unir; 2)
fijación, atadura, unión, apego.
citta (cittasya): (n, gen, sg)
de o desde la mente, la razón, la inteligencia o la conciencia.
dhāraṇa
(dhāraṇā): (f, nom,
sg) concentración,
retención; 1) unidireccionalidad mental o atención (ekāgratā) efectuada con ánimo de comprender el objeto; 2) sexto componente del yoga de ocho pasos (aṣṭāṅga).
Vyāsa — Yoga-Bhāṣya (s. V.)
3.1(119):
nābhi-cakre, hṛdaya-puṇḍarīke,
mūrdhni jyotiṣi, nāsikāgre,
jihvāgre, ity-ādim
ādiṣu deśeṣu, bāhye vā viṣaye
cittasya vṛtti-mātreṇa bandha iti
dhāraṇā ||1||
La concentración es la fijación de los procesos mentales en
un punto concreto, ya sea en el centro energético del ombligo (nābhicakra), en el loto
del corazón (hṛdaya), en la
brillante luz (situada) en la cabeza (mūrdhajyotiṣi), en la punta de la nariz (nāsikāgra) o de la
lengua (jihvāgra), o en otras
localizaciones similares; (o incluso) en objetos externos (al cuerpo).
—Dhāraṇā es la atadura de la conciencia
(citta) a
un único punto. Es la práctica de la atención continua, que es la esencia de la
unidireccionalidad (ekāgratā) (Feuerstein, George “Encyclopedic
Dictionary of Yoga”).
—En un depósito de agua con canales a cada lado, el agua
fluirá igual en todos ellos, si los canales tienen una misma profundidad. Pero
si excavamos uno de ellos más profundo, fluirá por él más agua. Cuando creamos
una condición en que la mente, que se mueve en cien direcciones diferentes, se
dirige hacia un solo punto, eso es dhāraṇā. Animamos una acción
particular de la mente y a medida que esta acción se intensifica, los otros
movimientos se calman gradualmente. Dhāraṇā es un peldaño de la escalera
hacia dhyāna. En dhāraṇā la mente se mueve en una sola
dirección y no pasa nada más. En un sentido puede decirse que dhāraṇā es a veces intermitente, pero
es más exacto decir de él que puede ser interrumpido por distracciones
(Desikachar, TKV “Yoga-sūtra de Patañjali”).
—Es un estado en el que sthiti
(inercia) y kriyā (acción) se retardan tanto que casi
todas las coberturas temporales de la mente se eliminan y ahora domina toda la
escena el tercer componente, prakāśa (luz). En la radiación de este
prakāśa, la
mente se vacía de todos los objetos y se mantiene dentro de los confines del
espacio interior. Aunque se vean los objetos, cesan de atraer a la mente, que
ahora se interesa totalmente por descubrir la realidad que subyace en el mundo
objetivo. Hay ahora vacío interior y vacío exterior (Desphande, P.Y. “El
auténtico Yoga”).
—La dificultad radica aquí en
la distinción entre la ekāgratā (atención intensa) y la
concentración mental (dhāraṇā), pues es indudable que la atención
puede ser considerada como una forma de concentración mental, y viceversa. Sin
embargo, siendo el Yoga un proceso continuo, estamos seguros de que la dhāraṇā debe
ser “superior” (es decir, más intensa, más eficaz) que la ekāgratā:
donde ésta no era más que la fijación de la actividad mental sobre un solo
objeto, la dhāraṇā debe aparecer como una meditación
inmóvil, un recogimiento silencioso. Recordemos, en efecto, que, en el momento
en que es retenido el aliento (kumbhaka), la atención se fija por sí
sola, aunque solo sea sobre la disciplina de la respiración cuya práctica
requiere que el pensamiento no se vea distraído. Eso es la ekāgratā.
Además, cuando el adepto consigue realizar la retirada de los sentidos, la
atención es mejor, ya que cesan de manifestarse las solicitaciones exteriores
inoportunas. El pensamiento, no obstante, continúa existiendo, viviendo, lo
cual implica actividad, dinamismo, difusión, dispersión, multiplicidad, etc.
Dicho de otra manera, la ekāgratā (aun
enriquecida por el pratyāhāra) no puede ser perfecta: así como las
posturas no suprimen la vida corporal, la atención no implica la disolución de
la actividad mental. Muy al contrario, ésta adquiere su máximo de eficacia
cuando, estando inmóvil el cuerpo y suspendida la respiración (o muy
espaciada), se encuentra además liberada de las coacciones que implica la
actividad sensorial. Es decir, gracias al prāṇāyāma y a la ekāgratā que
deriva naturalmente de él, el órgano mental, tras haber practicado la retirada
de los sentidos, se encuentra apaciguado (śānta); en lo sucesivo, si ve
formas, si oye sonidos, éstos no pueden ser otra cosa que fantasmas nacidos de
la memoria, construcciones imaginarias coloreadas por las impregnaciones
mentales (vāsanā). En último término, la conciencia
que tenemos de la vida de nuestro propio cuerpo desaparece: el cuerpo se
convierte en una cosa inerte. Y es entonces cuando el yogin,
concentrando toda la potencia del órgano mental sobre este único objeto, obliga
al pensamiento a volver sobre sí mismo, hasta conocer su verdadera naturaleza;
la dhāraṇā, por
su parte, constituye la etapa preliminar a la realización de esta unión,
aquella en la que el individuo ve ya el fin, lo nota al alcance de la mano
(Varenne, Jean “El Yoga y la Tradición hindú”).
—Igual que la coincidencia enstática (samāpatti) es el proceso subyacente de
la técnica del énstasis, la unidireccionalidad (ekāgratā) es el proceso subyacente de
la técnica de concentración. Tal centramiento mental es a lo que se hace
referencia con la fijación de la conciencia (Feuerstein, Georg “The
Yoga-Sūtra of Patañjali”).
—La concentración es en
realidad una ekāgratā, una “fijación en un solo punto” pero
cuyo contenido es estrictamente nocional, en otras palabras, el dhāraṇā, y
es por esto que se distingue de la ekāgratā, cuyo único objetivo es
detener el flujo psicomental y “fijarlo en un solo punto”, el dhāraṇā efectúa esa fijación con el
objeto de comprender (Eliade, Mircea “Yoga, inmortalidad y libertad”, pag. 78).
—Patañjali expone ekāgratā y ekāgrya como dos sinónimos de dhāraṇā, significando ambos “unidireccionalidad”.
M. Eliade especula que ekāgratā y dhāraṇā son distintos dado que el
último es una fijación mental efectuada con el objetivo de comprender, lo cual
está ausente en ekāgratā.
No hay evidencias para esta hipótesis en los Yogasūtra, aunque esta sugerencia no carece de interés. Como
constituyente formal del yoga de ocho pasos, dhāraṇā es esencialmente una técnica
de la cual se puede afirmar que tiene como rasgo característico la
unidireccionalidad mental (Feuerstein, Georg “The Philosophy of Classical Yoga”).
Bhoja — Rāja-Mārtanda (1018-1060)
||3.1|| tadēvaṅ
pūrvōddiṣṭaṅ dhāraṇādyaṅgatrayaṅ nirṇētuṅ saṅyamasaṅjñāvidhānapūrvakaṅ
bāhyābhyantarādi siddhipratipādanāya
lakṣayitumupakramatē. tatra dhāraṇāyāḥ svarūpamāha
--
En un solo sitio, es decir, por ejemplo, en el círculo (cakra) del ombligo, la punta de la nariz,
etc. La fijación de la mente consiste en hacer firme a la mente, mediante la
exclusión de todo objeto de los sentidos. Esto es llamado la concentración de
la mente. El sentido es el siguiente. El yogui, cuyo órgano interno ha quedado
impregnado por la purificación de la mente a través de la buena disposición;
que ha cumplido con las abstenciones y las obligaciones; que ha conquistado las
posturas; que ha logrado evitar la dispersión del aliento vital; que ha
reducido por completo a la muchedumbre de los sentidos; el yogui, con el cuerpo
erecto en un lugar libre de molestias, una vez conquistados los pares de
opuestos, debe hacer firme su mente, fijándola, por ejemplo, en la punta de la
nariz, con el objeto de ejercitarse en el énstasis consciente. Una vez definida
la concentración, con el fin de definir la meditación, dice ahora.
Śaṅkara — Yoga-Bhāṣya-Vivaraṇa (s. VIII-XIV?)
Seguidamente, se explica la tríada final de métodos
internos, compuesta por concentración (dhāraṇā), meditación (dhyāna) e interiorización perfecta (samādhi). Hay una división entre métodos
internos y externos y, en base a la misma, la sección anterior sobre la
práctica concluyó con la explicación de los externos. Esta tríada se presenta
ahora aparte para preservar su unidad. El introducir los métodos internos
inmediatamente después de los externos hace referencia a la conexión entre las
secciones. Ahora, en esta sección, el tema principal son los poderes y, por
esta razón se empieza una nueva sección. La sencilla operación mental que
consiste en mantener el proceso mental (vṛtti), se denomina dhāraṇā. Es
simplemente la idea de ese lugar sin ninguna distracción (vikṣepa).
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