Patañjalayogaśāstravivaraṇa I.4

Comentarios sobre el pātañjalayogaśāstra de Patanjali, por Śaṅkara

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Actualizado: junio, 2025

Pātañjalayogaśāstra I.4

 

De lo contrario, se ajusta al proceso mental

 

En el estado extravertido, cualquiera que sea el proceso en la mente, puruṣa no parece ser distinto del propio proceso. Como dice un sūtra: sólo hay observación, y eso es sólo conocimiento.

 

(Oponente) Si aunque es así, significa que el poder de la conciencia descansa en su propia naturaleza incluso cuando la mente se encuentra extravertida, y no es así que su naturaleza real sea así, existe la contradicción de que la misma cosa sea así y no sea así, y por nuestra parte preguntamos con desconcierto: ¿Cómo puede ser esto?

 

(Respuesta) Nuestra respuesta es: De lo contrario, se ajusta al proceso mental.

 

(Oponente) Bueno, ¿por qué se ajusta a el?

 

(Respuesta) Porque se le han mostrado objetos. Aunque en los dos casos no hay distinción en cuanto al establecimiento en su propia naturaleza, sin embargo, hay una distinción según si se ajusta a los procesos mentales o no, y por lo tanto no hay una contradicción entre ser así y no serlo.

 

(Oponente) La conexión con la conformidad a un proceso mental es la conexión con un estado diferente, y debe implicar defectos como la mutabilidad.

 

(Respuesta) La respuesta está en el hecho de que se le han mostrado objetos. El cambio aparente no es intrínseco, sino proyectado (adhyāropita), como si un cristal tomara el color de algo que se le acercara.

En el estado extravertido fuera del estado inhibido, cualquiera que sea el proceso en la mente contaminado o no contaminado, puruṣa no parece ser distinto del propio proceso, hay un proceso como aquel, que es natural a éste (puruṣa). Sin un proceso en la mente, y sin esta naturaleza (de puruṣa), no habría proceso en puruṣa. Siempre hay algo conocido por puruṣa, por lo que no hay ningún cambio involucrado en él.

Hay un sūtra de un maestro anterior (ācārya): sólo hay observación, y eso es sólo conocimiento (khyāti). Sólo hay observación (darśana) de buddhi y de puruṣa. ¿Qué significa esto? La observación es solo conocimiento. La observación es un proceso de la mente (buddhi). Es un conocimiento en el sentido de que es conocido por puruṣa; también es conocimiento en el sentido de que por él se conoce la naturaleza de buddhi y de puruṣa. Es un instrumento en el sentido de que la forma del objeto es aprehendida por él, y es un objeto en la medida en que es aprehendido por su propia naturaleza de conocimiento; del mismo modo, es lo visto en cuanto se ve, y también es lo visto en cuanto que las cosas son vistas por él; Es conocimiento (jñāna) en cuanto que es conocido y también en cuanto que las cosas son conocidas por él. Así es como hay que entenderlo todo.

 

(Oponente) Pero la mente misma es el agente que conoce (khyātikartṛ); es lo que se conoce y lo que sabe. No hay necesidad de suponer ningún otro conocimiento.

 

(Respuesta) Eso lo refutaremos cuando lleguemos al sūtra, (la mente) no se percibe a sí misma, porque en sí misma es algo perceptible (IV.19).

 

(Oponente) Si todo esto sencillamente se manifiesta (parivjṛmbhita) por la mente, y puruṣa se establece aparte, ¿cómo puede él ser el que experimenta (bhoktṛ)?

 

(Respuesta) ¿Por qué no? Los agentes (kāraka) son de varios tipos. Algunos son operativos, y otros son efectivos por mera proximidad sin ninguna actuación. Cuando decimos que se cocina, el hombre que se dedica a poner las cosas en el fuego, etc., se llama el agente; la olla, aunque no realiza ninguna operación al contener y mantener la comida, se la denomina 'lo que cocina'. El espacio en la olla en sí proporciona un lugar para la comida, pero no consideramos esto como una operación de ella misma.

También, está el rey que es un actor por el mero hecho de aparecer (en el consejo), con lo cual todos los actores (ministeriales) se convierten en actores que llevan a cabo sus propias operaciones. El sol no busca su brillo en ningún instrumento externo, ni realiza ninguna operación. No emite un resplandor previamente inexistente a medida que va y viene. Es simplemente que el brillo es su naturaleza. Por lo tanto, se dice que ilumina solo por proximidad, poniendo de manifiesto vasijas y otras cosas como formas que están iluminadas.

En nuestro caso presente también, los procesos mentales, impregnados por su naturaleza como conciencia (cid-ātman), son vistos por puruṣa, que es pura observación.

Para mostrar cómo puruṣa es el vidente, ahora dice:

 

La mente es como un imán.

 

Incluso el filósofo que sostiene que el conocimiento (jñāna) surge de una conjunción entre el sí mismo (ātman) y la mente (manas), llama al sí mismo el conocedor (jñātṛ), como penetrador del objeto conocido por el conocimiento, no como el que efectúa una acción. El conocimiento también, siendo (en su opinión) un atributo (guṇa) del sí mismo, carece de acción; su naturaleza es simplemente mostrar objetos. No se puede sostener que no se pueda decir que un hombre conoce sin actuar, porque se dice que un hombre sabe cuándo capta el objeto con conocimiento.

Sin embargo, si se obtiene nuevo conocimiento a partir de la conjunción entre el sí mismo y la mente, ese conocimiento pertenece al sí mismo y no a la mente, porque se dice que él sabe, y no que su mente sabe. ¿Por qué?

 

(Oponente) Es cierto, pero la razón es que el sí mismo es lo que llamamos la causa inherente (samavāyī-kāraṇa, tener el conocimiento como atributo).

 

(Respuesta) Eso no está confirmado. Del mismo modo que lo que había que demostrar era por qué el conocimiento debía pertenecer al sí mismo (y no a la mente), así habría que demostrar por qué el sí mismo debía ser la causa inherente, y no la mente, en la medida en que se sostiene que la mente no es en esencia el sí mismo, y que el conocimiento surge de la conjunción entre los dos.

 

(Oponente) Podría ser así por el recuerdo en la memoria del saṃskāra, establecido por el conocimiento del sí mismo como único agente.

 

(Respuesta) No, porque eso también tendría que ser demostrado. En ese caso también tendría que demostrarse por qué el saṃskāra del conocimiento y el recuerdo de la memoria deberían relacionarse solo con el sí mismo y no con la mente.

 

(Oponente) Digamos que es porque el deseo (icchā, un atributo del sí mismo en nuestro sistema) y su realización están (referidos) al mismo lugar.

 

(Respuesta) No, de nuevo es lo mismo. Una vez que se acepta que son producidos por una conjunción, no se puede demostrar por qué los resultados y el deseo deben pertenecer sólo al sí mismo y no a la mente.

Además, este conocimiento también es aceptado (por ti) como un objeto cognoscible, por lo que seguirá una regresión infinita. Y no puede ser que un conocimiento sea conocido por el instrumento de otro conocimiento, y éste por otro, y aquel por otro, sin fin.

Para evitar la regresión, se podría decir que en algún momento hay un conocimiento que es primario, percibido no por algún otro conocimiento, sino espontáneamente por sí mismo. Pero esto implicaría que (otros) objetos también deberían ser capaces de percibirse a sí mismos espontáneamente, tal como se sostiene que lo hace el conocimiento.

 

(Oponente) Digamos que el conocimiento mismo brilla e ilumina a los demás, siendo naturalmente luminoso como una lámpara, y de esta manera el argumento no es erróneo, porque nada más es luminoso de forma natural.

 

(Respuesta) Entonces, incluso cosas como las luces nunca se conocerían.

 

(Oponente) Pues bien, el conocimiento conoce espontáneamente porque es un atributo del yo, y también es luminoso por naturaleza, mientras que las cosas como las luces que emiten brillo hacia el exterior son de carácter opuesto al conocimiento. Así que el argumento se sostiene.

 

(Respuesta) Eso tampoco. Si ser un atributo del sí mismo y también luminoso por naturaleza fuera causa del conocimiento espontáneo a través del conocimiento, todos serían omniscientes.

 

(Oponente) También tiene que haber alguna forma cognoscible.

 

(Respuesta) Ni siquiera eso. (Para que el conocimiento se conozca a sí mismo) la causa de un conocimiento sería la realidad de la forma de otro conocimiento, y de la misma manera, la forma del primer conocimiento como cognoscible causaría otro conocimiento más, y así la regresión sería inevitable.

Además, no se encuentra ningún ejemplo que exponga algo que sea sujeto y objeto a la vez; Incluso la luz necesita un ojo para ser conocida. Tampoco (puede decirse que haya) dos partes en el conocimiento, puesto que no tiene partes.

Incluso si lo hubiera sido, puesto que ambos serían luminosos, no podrían ser sujeto y objeto el uno para el otro, como tampoco podrían ser dos luces.

Además, si se aceptara ser a la vez sujeto y objeto del conocimiento, nunca podría ser la verdadera naturaleza del sí mismo.

Por lo tanto, el conocimiento de las formas objetivas, la memoria, su recuerdo, el esfuerzo y el deseo, etc., son todos esencialmente no-esencia, porque son objetos de conocimiento como formas externas, y porque existen-para-otro (parārtha), como lo demuestra su dependencia del agregado cuerpo-mente para la manifestación de sus formas y otras cualidades. De modo que debido a que tienen dependencia, son impermanentes, y van acompañados de esfuerzo, —por estas y otras razones similares es cierto que en el fondo son no-esencia.

 

La mente es como un imán, que funciona por mera proximidad, por el hecho de ser vista. Es propiedad de su dueño, puruṣa. Existe una relación sin principio, y ésta es la causa de que puruṣa tenga conciencia de los procesos mentales.

 

La mente es, por decirlo así, un imán. Así como un imán sirve para impregnarse a sí mismo con el hierro, simplemente colocándose cerca de él, así la mente sirve para impregnarse a sí misma del ser (ātman) que es conciencia pura, por el hecho de ser visto por ella. Se habla de ella como de una bailarina, porque hace una exhibición, por medio del órgano interno (antaḥkaraṇa – pensamiento, emoción, etc.). Aquí la mente (citta) es la que hace la exhibición, y puruṣa es el que la ve.

 

(Oponente) ¿Cómo surge esta distinción?

 

(Respuesta) Surge por la relación entre una cosa y su dueño.

 

(Oponente) Pero, ¿cómo se produce la relación entre la cosa y el propietario?

 

(Respuesta) Es la naturaleza de cada uno.

 

(Oponente) ¿Cuál es esta naturaleza?

 

(Respuesta) La mente es comparable a un imán.

 

(Oponente) ¿Cuál es la causa de que puruṣa sea consciente del proceso de la mente?

 

(Respuesta) Un imán funciona por mera proximidad, la mente por el hecho de ser vista. Existe una relación sin principio, y ésta es la causa de que puruṣa tenga conciencia de los procesos mentales.

 

Hay muchos de ellos en la mente, y deben ser inhibidos.

 

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