Yoga Sūtras
Aforismos sobre Yoga de Patañjali
Inicio-Home
| Āsanas | Prāṇāyāma | Meditación | YOGA
SŪTRAS | Darśana
Samādhi Pāda | Sādhana
Pāda | Vibhūti
Pāda | KAIVALYA PĀDA | Vocabulario | Bibliografía
Actualizado:
abril 2024
Pātañjalayogaśāstra
(na tat svābhāsaṃ dṛśyatvāt)
194. Podría argumentarse que la mente
brilla con luz propia al mismo tiempo que ilumina los objetos, igual que el
fuego. La mente no
se percibe a sí misma, pues también ella es algo perceptible. Igual que el sonido y los demás sentidos son
objetos de conocimiento que no se perciben a sí mismos, así es la mente
sensible.
194195. En este sentido, el fuego no es un ejemplo
apropiado, pues no ilumina una naturaleza que no tenga ya luz propia. Una luz
se ve cuando hay unión entre la cosa iluminada y lo que la ilumina;
195. pero no hay ningún tipo de unión en
la naturaleza única de una cosa. Además, decir que la mente se percibe a sí
misma significa que no puede ser conocida por otra cosa. Como cuando se dice que “el espacio se soporta a sí mismo”, lo cual significa que no está soportado por nada
más. Toda la actividad de los seres vivos se produce a partir de la propia
comprensión de sus operaciones mentales: “estoy
hambriento”, “tengo frío”, “deseo esto”,
“me irrita aquello”. Si no
hubiese percepción de la mente, no habría actividad humana.
Vyāsa — Yoga-Bhāṣya (s. V.)
4.19(194): syād āśaṅkā—cittam eva svābhāsaṃ
viṣayābhāsaṃ ca vaināśikānāṃ cittātma-vādināṃ
bhaviṣyati agnivat |
Objeción: podría argumentarse que la mente brilla con luz propia al mismo
tiempo que (ilumina) los objetos, igual que el fuego.
—Según el
Patañjala-yoga editado por Brahmalinamuni, IV.19 está
precedido por un comentario en el que Vyāsa se refiere a aquellos vaināśika cittātmavādin que
son los oponentes a los que Patañjali responde. La expresión vaināśika cittātmavādin se
refiere obviamente a los budistas idealistas. Aquí el término cittātmavādin debe interpretarse como “aquel que
afirma que todo es de naturaleza mental”. En este
sentido cittātmavādin quiere decir cittāmātratāvādin
(Gokhale, Pradeep P. “The Yogasūtra of Patañjali: A New Introduction to the Buddhist Roots of the Yoga System”, pag 185-186).
न तत्स्वाभासं
दृश्यत्वात्॥१९॥
na tat svābhāsaṃ dṛśyatvāt
Esta (la mente) no se percibe a sí misma, pues
[también ella] es algo perceptible
(Traducción propia)
(Otras traducciones)
Vyaas Houston |
Esta (citta) no es autoluminosa a causa de
su naturaleza de dṛśya-objeto
|
Georg
Feuerstein |
Esa [conciencia] no
es autoluminosa a causa de su naturaleza visible [por el Sí-mismo]
|
Christopher
Chapple y Yogi Ananda Viraj |
No hay
autoluminosidad de esto (citta-vṛtti) a causa de la naturaleza
de lo visto
|
P.
V. Karambelkar |
En razón a que su
naturaleza es la de dṛśya
(es decir, algo que puede ser perceptible), ella (es decir, citta) no es autoluminosa
|
James
Haughton Woods |
No se ilumina a sí
mismo, dado que es un objeto visible
|
Emilio
García Buendía |
Ésta no (es)
luminosa por sí misma por su visibilidad
|
Oscar
Pujol |
[La mente] no brilla
con luz propia, ya que es un objeto de percepción
|
Chip Hartranft |
La mente no es
contemplada por su propia luz, sino por la de la pura conciencia
|
Vocabulario
na tat-svābhāsaṃ dṛśyatvāt
tat (esta) na (no) svābhāsaṃ (se percibe a sí misma), dṛśyatvāt (pues es algo perceptible)
na: no, nada.
tad: (n, nom, sg) esto, eso, aquello.
sva-: propiedad, posesión, objeto poseído; 1) (pronombre personal referido al sujeto de la oración) el, su, este;
2) sí mismo, perteneciente al sí mismo, propio, de uno mismo.
ābhāsa (ābhāsaṃ): (n, nom, sg) 1) luminosidad, luz, brillo,
claridad; 2) percepción, aparición, muestra, manifestación
svābhāsa (svābhāsaṃ): (n, nom, sg) luz propia, autoluminosidad.
dṛśyatva (dṛśyatvāt): (n, abl, sg) a partir de la
visibilidad, desde la visión, por la objetividad, mediante el carácter de
objeto, a partir de la naturaleza de lo visto.
Vyāsa — Yoga-Bhāṣya (s. V.)
4.19(194): yathetarāṇīndriyāṇi śabdādayaś
ca dṛśyatvān na svābhāsāni,
tathā mano’pi pratyetayvam |
Igual que el sonido y los demás sentidos son objetos de conocimiento
que no se perciben a sí mismos, así es la mente sensible (manas).
4.19(194195): na cāgnir
atra ḍaḥ | na hy agnir
ātma-svarūpam aprakāśaṃ
pūrvkāry | prakāśaś
cāyaṃ prakāśya-prakāśaka-saṃyoge dṛṣṭaḥ
|
En este sentido, el fuego no es un ejemplo apropiado, pues no ilumina
una naturaleza que no tenga (ya) luz propia. Una luz se ve cuando hay unión
entre la cosa iluminada y lo que la ilumina;
4.19(195): na ca svarūpa-mātre’sti saṃyogaḥ | kiṃ ca, svābhāsaṃ
cittam ity agrāhyam eva kasyacid
iti śabdārthaḥ |
pero no hay (ningún tipo de) unión en la naturaleza única de una cosa. Además,
decir que la mente se percibe a sí misma significa que la mente no puede ser
conocida por otra cosa.
4.19(195):
tad yathā—svātma-pratiṣṭham ākāśaṃ
na para-pratiṣṭham ity arthaḥ |
sva-buddhi-pracāra-pratisaṃvedanāt sattvānāṃ pravṛttir dṛśyate | kruddho’haṃ, bhīto’haṃ, amutra me rogo’mutra me krodha iti | etat sva-buddher agrahaṇe na yuktam iti
||19||
Como cuando se dice que “el espacio se soporta a sí mismo”, lo
cual significa que no está soportado (por nada más). Toda la actividad de los
seres vivos se produce a partir de la propia comprensión de sus operaciones
mentales: “estoy hambriento”, “tengo frío”,
“deseo esto”, “me irrita aquello”. Si no hubiese
percepción de la mente, no habría actividad humana.
—La mente es
un cuarto oscuro lleno de recuerdos, solicitando luz de otra fuente. O también,
la mente es un espejo que refleja luz de otra fuente. La mente es parte de lo
visto. (Lo visto incluye a la mente, los sentidos, y las cosas externas). A
menos que el puruṣa/veedor fije una dirección, la mente no puede funcionar. (¡Aun así, hay momentos en los cuales la mente no puede o no desea
funcionar tal como debería! Hay momentos en que rajas o tamas prevalecen). La
energía dominante en la mente siempre es rajas. Sattva tiene que ser
desarrollado. En yoga, el prāṇāyāma
es la primera práctica para
desarrollar sattva en la mente. La mejor manera de hacer surgir sattva consiste en
reducir rajas y tamas; el problema es tamas, porque no
se puede ver (von Romberg, Margo “https://sanskritdocuments.org/sites/athayoga/sutra_ch4phn.html“).
—La mayoría de
los comentaristas se refieren a puruṣa como “conciencia”, “principio consciente”, etc. Pero puruṣa es citi o citiśakti (sūtras IV.22
y IV.34),
lo cual significa que posee la potencialidad de la conciencia. Eso quiere decir
que no se trata de una conciencia activa, sino que puede hacer surgir la
conciencia en algo distinto, como citta. La potencialidad de conciencia de puruṣa está por tanto “latente”. Gracias a ello, por su mera presencia y proximidad, citta (cit, encender, iluminar, incitar + ta = sufijo que lo convierte en participio pasivo) es
estimulada y capaz de iluminar, es decir, de conocer (Karambelkar, Dr. P.V. “Pātañjala Yoga Sūtra”, pag. 550).
Bhoja — Rāja-Mārtanda
(1018-1060)
||4.19||
taccittaṅ svābhāsaṅ
svaprakāśakaṅ na bhavati puruṣavēdyaṅ bhavatīti
yāvat, kutaḥ? dṛśyatvāt,
yatkila dṛśyaṅ
taddraṣṭṛvēdyaṅ, dṛṣṭaṅ yathā -- ghaṭādi, dṛśyaṅ
ca cittaṅ tasmānna svābhāsam.
Ella,
la mente, no se ilumina a sí misma, no se muestra a sí misma, sino que es percibida
por el “sí-mismo-esencial”, ¿En razón de qué‘? Porque es perceptible. Lo
perceptible es justamente lo que puede ser conocido por quien percibe, como por
ejemplo, una jarra, etc. La mente es perceptible, y por lo tanto, no se ilumina
a sí misma. Ahora bien, este argumento implica aquello que se quiere demostrar,
pues no se ha demostrado que la mente sea perceptible. Además, en los hombres,
se observa que las modificaciones de la mente, que se presentan bajo el aspecto
de aceptar o rechazar lo conveniente o lo inconveniente, se dan a través de la
conciencia del propio intelecto (buddhi), Y así, cuando se
dice: “estoy enojado”, “estoy asustado”, “no estoy alterado”, y así por el
estilo, la percepción no se produce sin intervención de la conciencia del
intelecto. Para refutar esta objeción, dice a continuación.
Śaṅkara — Yoga-Bhāṣya-Vivaraṇa
(s. VIII-XIV?)
Objeción: pongamos por ejemplo el fuego, que se ilumina a sí mismo y también
ilumina los objetos. Lo perceptible, como por ejemplo un jarrón, precisa en
realidad de una fuente de luz exterior para mostrarse como es, pero no así la
luz. Igual que la luz se ilumina a sí misma y a los objetos, así debe
considerarse la mente; ¿quién precisa de un sí-mismo (ātman)? Si se posee una luz no se busca otra
(que ilumine la primera).
Y si se asume otro perceptor para el primero, caeríamos en una
regresión al infinito. Pues se deduciría que la conciencia (vijñāna) sería percibida por
algo aparte de ella y, por tanto, también habría otro perceptor para el
anterior, y así sucesivamente. Además, puesto que la conciencia sería
resplandeciente no podría existir una relación complementaria de principal y
secundario con su propio perceptor, como en el caso de las dos luces. Como, en
consecuencia, no hay fundamento para admitir un perceptor de la conciencia,
debemos admitir que el conocimiento se ilumina a sí mismo e ilumina a otros.
Respuesta: con este pobre ejemplo no se puede refutar al sí-mismo, el cual se
encuentra asumido de forma generalizada. ¿Por qué? La luz se ve cuando hay conexión entre lo
iluminado y su iluminador, y tal conexión no existe cuando se trata de una sola
cosa.
Objeción: incluso así, el fuego no necesita de otra luz, como el jarrón.
Respuesta: no es algo que pueda ser iluminado por otro y no tiene forma, como
(la tiene) un jarrón, para poder ser así iluminado. Pero esto no quiere decir
que no pueda ser contemplado por alguien aparte, pues ciertamente lo percibe la
vista, que es algo separado de ello. La luz aparece para eliminar la oscuridad
que haya sobre algo, como por ejemplo un jarrón; no es que el jarrón no sea
iluminable. El que el fuego no necesite ninguna otra luz es una afirmación
tuya, cuando afirmas que no hay relación de principal y secundario entre dos
luces. Aunque realmente existe una diferencia entre las dos luces, no es por no
ser iluminables el que no exista relación de principal y secundaria entre
ellas. Por tanto, no habría necesidad para otra luz si no hay ninguna
diferencia entre ellas. Pero el argumento de ser perceptible por alguien
separado aún no ha sido rebatido, pues las dos luces son, en si, visibles, como el jarrón u otro objeto. Por
consiguiente, se puede decir que el conocimiento resulta conocido por alguien
separado de ello, pues es algo visto, como la luz. También se puede decir que
el conocimiento depende de otro instrumento, porque es luz por naturaleza,
tanto como una lámpara encendida. Así, no hay posibilidad de caer en una
regresión al infinito.
Objeción: en tal caso, como el conocimiento es intrínsecamente iluminación, y
cualquiera que lo perciba también será de forma natural un iluminador, no puede
existir ninguna relación mutua de principal y secundario entre ellos, no más
que entre dos luces.
Respuesta: el argumento no es válido, porque el sí-mismo (ātman) y el conocimiento son
de distinta clase, como pueden serlo la vista y la luz.
Objeción: pero por medio de la noción de yo, el sujeto (pratyayin) conoce la mente, en
cuyo caso la misma cosa tiene tanto la propiedad de objeto como de sujeto.
Respuesta: no es así, pues la mente consiste de los tres guṇas. En este caso, en que
predomina tamas, la
mente depende de un proceso mental distinto consistente de sattva, como el cuerpo que
resulta arañado por la mano. Sin embargo, en este caso existe un perceptor
separado del objeto, un conocedor que es puruṣa. Puesto que perceptor y percibido son de
distinta clase y puesto que puruṣa no tiene partes, se
concluye la imposibilidad de que sea sencillamente puruṣa tanto el objeto percibido
como el perceptor.
© Yogadarshana – Yoga y Meditación