Yoga Sūtras
Aforismos sobre Yoga de Patañjali
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Actualizado:
julio 2025
Pātañjalayogaśāstra
(kṣaṇatatkramayoḥ saṃyamād vivekajaṃ
jñānam)
170. Para evitar lo anterior, hay que
efectuar saṃyama sobre un instante
y su sucesión por el instante siguiente, logrando así la sabiduría que nace del
discernimiento. Al igual
que la última partícula de materia es la partícula subatómica, la última
partícula de tiempo es el instante. Además, un instante se puede definir como
el tiempo que tarda una partícula subatómica en desplazarse de un punto a otro.
170171. La sucesión es el flujo ininterrumpido de
los instantes. No hay una relación real entre los instantes y su sucesión. Las
horas, los días y las noches surgen de una relación mental entre ellos.
171. El tiempo se encuentra vacío de
realidad; se trata solo de un concepto mental, de acuerdo con la naturaleza de
las palabras usadas; pero dentro de la concepción vulgar y generalizada del
mundo, sencillamente parece tener realidad. Sin
embargo, el instante es real, al ser el soporte de la sucesión. La sucesión es
esencialmente una continuidad de instantes. Los yoguis, expertos en este tema
del tiempo, corroboran lo anterior. Dos instantes no acaecen al mismo
tiempo, ni un par de ellos constituye una sucesión, puesto que no pueden
existir simultáneamente. La sucesión es la inmediata
proximidad del siguiente tras el anterior, el instante siguiente al precedente.
Cada instante está en presente, encontrándose ausentes el próximo y el anterior,
con lo cual no hay relación entre ellos. Pero
lo que se considera como instante pasado e instante por venir, se explicará
como algo intrínseco al cambio. En cada instante el mundo entero experimenta un
cambio. De esta forma, todas las cualidades entran en
manifestación al mismo tiempo que cada instante. Mediante saṃyama sobre el instante y la sucesión, ambos son
percibidos directamente. Y en consecuencia, surge la sabiduría que nace del
discernimiento.
क्षणतत्क्रमयोः
संयमाद्विवेकजं
ज्ञानम्॥५२॥
kṣaṇatatkramayoḥ
saṃyamād vivekajaṃ jñānam ||52||
[Para evitar lo anterior, hay que] efectuar la contemplación sobre un instante y
su sucesión [por el instante siguiente], [logrando así] la sabiduría que nace
del discernimiento
(Traducción propia)
(Otras traducciones)
Vyaas
Houston |
Mediante saṃyama
sobre el kṣaṇa-momento y su krama-progresión
secuencial – conocimiento nacido de viveka-discernimiento (entre sattva
guṇa y puruṣa–sí-mismo)
|
Georg
Feuerstein |
A través de [la
práctica de] la restricción sobre el momento (kṣaṇa) [de
tiempo] y su secuencia [el yogui obtiene] la sabiduría que nace del
discernimiento
|
Christopher
Chapple y Yogi Ananda Viraj |
A través del saṃyama sobre el momento y su
sucesión, hay conocimiento que nace de la discriminación
|
P.
V. Karambelkar |
La realización que
nace de la habilidad discriminativa (se produce) a través de saṃyama
sobre kṣaṇa y su (es decir, sus, de muchos kṣaṇas)
secuencia
|
James
Haughton Woods |
Como resultado de la
restricción sobre los momentos y sus secuencias [surge] el conocimiento
[intuitivo] que procede de la discriminación
|
80.
Phulgenda Sinha |
Mediante la práctica
de Saṃyama sobre el período
de tiempo más diminuto y su proceso de sucesión, el conocimiento basado en
sabiduría surge en el practicante
|
Emilio
García Buendía |
Por saṃyama sobre los momentos y su
sucesión (se obtiene) el conocimiento causado por la discriminación
|
Oscar
Pujol |
Gracias al dominio
del instante y su secuencia surge el conocimiento discriminativo
|
Chip Hartranft |
Concentrarse con la
perfecta disciplina en la sucesión de instantes que surgen en el tiempo
conduce a una percepción originada del discernimiento
|
Vocabulario
kṣaṇa-tat-kramayoḥ
saṃyamād vivekajaṃ jñānam
saṃyamād (al efectuar la contemplación) kṣaṇa-tat-kramayoḥ (sobre un instante y su sucesión) viveka-jaṃ
jñānam (la sabiduría que nace del
discernimiento)
kṣaṇa-: 1) momento, instante, unidad mínima de tiempo; 2)
tiempo necesario para que la sustancia cambie de un punto a otro.
—Un instante es el tiempo empleado por un átomo para desplazarse de un
punto a otro (el tiempo es la acumulación de kṣaṇa) (Gardini, Walter “Yoga clásico”).
tad (tat-): de él, de ellos, suyo.
krama (kramayoḥ): (m, loc,
du) en la sucesión, secuencia, proceso o serie.
—La sucesión es la transformación de los instantes en períodos de
anterioridad y posterioridad (Gardini, Walter “Yoga
clásico”).
saṃyama (saṃyamāt): (m, abl,
sg) mediante el control, a raíz de mantener unido, con el autocontrol; 1)
a partir de la contemplación, la concentración perfecta, el completo
sometimiento o el autocontrol total; 2) con la práctica continuada de
concentración (dhāraṇā), meditación (dhyāna) e identificación completa (samādhi) sobre un mismo objeto.
viveka-: discriminación, discernimiento, facultad de
distinguir con claridad.
ja (jaṃ): (n, nom, sg) nacido, producido, causado.
jñāna
(jñānam): (n, nom, sg)
1) conocimiento, comprensión, experiencia; 2) intuición; 3) gnosis; 4) estado
en que se conoce algo.
vivekajajñāna
(vivekajajñānam): (n,
nom, sg) sabiduría nacida del discernimiento; 1) conocimiento de la diferencia
(vivekakhyāti) entre el si-mismo-esencial (puruṣa) y el aspecto más puro de la mente (sattva); también se denomina visión de la “otroidad” (anyatākhyāti) y conocimiento trascendente o “liberador” (tārakajñāna).
—Vivekajajñāna (sabiduría
nacida del discernimiento), también se llama “visión de discernimiento” (vivekakhyāti) y “visión de la otroidad” (anyatākhyāti). Es un medio directo de salvación y se dice que es
omniobjetivo (sarvaviṣaya), omnitemporal (sarvathāviṣaya) y no secuencial (akrama). Patañjali
se refiere a él también como tāraka (el liberador) y debe quedar claro que no es un
simple conocimiento intelectual. Más bien, vivekakhyāti sucede en el más alto nivel de énstasis consciente (saṃprajñātasamādhi) (Feuerstein, George “Encyclopedic Dictionary of Yoga”).
—Según Śaṅkara,
vivekajajñāna es la discriminación entre lo eterno o permanente y
lo temporal o perecedero (Gardini, Walter “Yoga clásico”).
Otras
variaciones del texto original:
kṣaṇatatkramayoḥ
saṃbandhasaṃyamādvivekajaṃ jñānam
Vyāsa — Yoga-Bhāṣya (s. V.)
3.52(170): yathāpakarṣa-paryantaṃ
paraṃ brahmāṇur evaṃ paramāpakarṣa-paryantaḥ
kālaḥ kṣaṇaḥ | yāvatā vā samayena
calitaḥ paramāṇuḥ pūrva-deśaṃ
jahyāt uttara-deśam upasampadyeta sa kālaḥ kṣaṇaḥ
|
Al igual que
la última partícula de materia es la partícula subatómica, la última partícula
de tiempo es el instante. Además, un instante se puede definir como el tiempo
que tarda una partícula subatómica en desplazarse de un punto a otro.
3.52(170171):
tat-pravāhāvicchedas tu kramaḥ | kṣaṇa-tat-kramayor
nāsti vastu-samāhāra iti buddhi-samāhāro
muhūrtāhorātrādayaḥ |
La sucesión
es el flujo ininterrumpido de los instantes. No hay una relación real entre los
instantes y su sucesión. Las horas, los días y las noches surgen de una
relación mental entre ellos.
3.52(171): sa khalv ayaṃ kālo
vastu-śūnyo buddhi-nirmāṇaḥ
śabda-jñānānupātī laikikānāṃ
vyutthita-darśanānāṃ vastu-svarūpa
ivāvabhāsate |
El tiempo se
encuentra vacío de realidad; se trata solo de un concepto mental, de acuerdo
con la naturaleza de las palabras usadas; pero dentro de la concepción vulgar y
generalizada del mundo, sencillamente parece tener realidad.
—Estos kṣaṇas son considerados como reales, mientras que la
duración temporal es simplemente una construcción mental (buddhisamāhāra) (Feuerstein, George “Encyclopedic Dictionary of Yoga”).
—En un hermoso giro, Vyāsa glosa la noción del
tiempo (que se centra en kṣaṇa-krama, conexión de secuencia y momentos), como
entrelazado con el lenguaje. Según él, "El tiempo [kāla] es una construcción mental [buddhi-nirmāṇa] sin substancia [vastu-
śūnya],
basada meramente en la habilidad verbal [śabda-jñāna-anupātī]". Utiliza las palabras precisas de Patañjali
del YS 1.9
(centrado en la noción de vikalpa, construcción verbal): “La construcción verbal [vikalpa] no tiene substancia [o referente, vastu-
śūnya], y se basa
meramente en la capacidad verbal [śabda-jñāna-anupātī]." Esto es como decir que el tiempo existe
solo en el lenguaje. El tiempo no es más que vikalpa, una construcción lingual, construida sobre el
momento presente, que oculta el "ahora". El yogui como lingüista
puede reconocer el tiempo como ciertamente "hecho de" lenguaje. Y
como filósofo analítico, avanza a través del lenguaje hacia "de lo que no
se puede hablar, es mejor permanecer en silencio" (Raveh, Daniel “Sūtras, Stories and Yoga
Philosophy”, pág. 17).
—El tiempo no existe, es solo una construcción
mental. Solo existe el presente. El pasado y futuro son objetos mentales
(III.52), las secuencias son imaginarias. La fragmentación del tiempo es
mental. Pasado y futuro existen en el presente, el cual es presencia
manifestada y secuenciada de lo manifiesto (IV.12). Como
comenta Pujol: “de hecho, podríamos decir que el tiempo no pasa y que lo que
denominamos paso del tiempo es solo la constatación de que las cosas cambian.
Es decir, los instantes son el despliegue para el puruṣa. La experiencia se da en los instantes, pero el
tiempo es la sensación de que hay una continuidad” (Riutort, Javier “Yoga,
técnica y realización del ser”, pag. 363).
3.52(171): kṣaṇas tu
vastu-patitaḥ kramāvalambī, kramaś ca kṣaṇānantaryātmā
| taṃ kāla-vidaḥ kāla ity ācakṣate yoginaḥ
|
Sin embargo,
el instante (en sí) es real, al ser el soporte de
la sucesión. La sucesión es esencialmente una continuidad de instantes. Los
yoguis, expertos en (este tema del) tiempo, corroboran lo anterior.
—Cada unidad de tiempo (kṣaṇa) correspondiente al cambio que un átomo efectúa de
su propia unidad de espacio es la unidad de medida del cambio. Esta sucesión
instantánea del tiempo como discretos momentos que se siguen uno a otro es la
noción de series de momentos o sucesión pura y simple. La noción de estos
discretos momentos es la noción del tiempo. Aunque la noción de sucesión es
algo que realmente no existe, que es imaginado, existe durante un momento,
justo cuando el momento anterior ha pasado, de tal forma que nunca acontecen los
momentos al mismo tiempo... Este tiempo, que no es una realidad substantiva en
si mismo, sino solo un concepto mental, se presenta ante nosotros mediante el
uso del lenguaje, apareciendo en las mentes ordinarias como si poseyese una
realidad objetiva (Dasgupta, Surendranath “Yoga as Philosophy and Religion”)
—Vyāsa rechaza que el concepto “tiempo”, tal como se concibe generalmente, tenga realidad (como “días”, “noches”, “horas”,
etc.). La mínima unidad de tiempo es el “momento” (kṣaṇa).
Nos dice que un “momento” es el tiempo necesario para que la sustancia cambie de un punto a
otro. Una sucesión o secuencia (krama) es la continuidad del ininterrumpido flujo del momento en sí. Pero
no hay conjuntos de “momentos” y sus correspondientes “sucesiones”, es decir, horas, días y noches son básicamente construcciones
mentales faltas de realidad, aunque parezcan reales a las personas que tienen
un punto de vista conceptual o idealista del mundo. Únicamente el kṣaṇa o “momento” tiene realidad y es soporte
para cualquier sucesión de cambios en el tiempo. “Sucesión” es una continuidad de “momentos”. A cada momento corresponde un sutil cambio (perceptible solo por
el yogui) y se es consciente del efecto acumulado de estos cambios sutiles (Witcher, Ian “The Integrity of the Yoga Darshana”).
—Para Vyāsa, como para
todos los lógicos budistas, lo real es solamente el instante, el momento; la
sucesión de los momentos tanto como la división arbitraria del tiempo en horas,
días, quincenas, etc., no tiene realidad objetiva, sino que son construcciones
mentales. Esta interpretación de Vyāsa
ha sido probablemente inspirada por los filósofos budistas, especialmente por Vasubhandu (Eliade, Mircea “Yoga, inmortalidad y libertad”).
3.52(171): na ca dvau kṣaṇau
saha bhavataḥ | kramaś ca na dvayoḥ sahabhuvor asambhavāt
|
3.52(171): pūrvasmād
uttara-bhāvino yad ānantaryaṃ kṣaṇasya sa kramaḥ
| tasmād vartamāna evaikaḥ kṣaṇo na
pūrvottara-kṣaṇāḥ santīti |
La sucesión
es la inmediata proximidad del siguiente tras el anterior, el instante
siguiente al precedente. Cada instante está en presente, encontrándose ausentes
el próximo y el anterior, con lo cual no hay relación entre ellos.
3.52(171): tasmān nāsti
tat-samāhāraḥ | ye tu bhūta-bhāvinaḥ kṣaṇās
te pariṇāmānvitā vyākhyeāḥ | tenaikena kṣaṇena
kṛtsno lokaḥ pariṇāmam anubhavati |
Pero lo que
se considera como instante pasado e instante por venir, se explicará como algo
intrínseco al cambio. En cada instante el mundo entero experimenta un cambio.
3.52(171): tat-kṣaṇopārūḍhāḥ
khalv amī dharmāḥ | tayoḥ kṣaṇa-tat-kramayoḥ
saṃyamāt tayoḥ sākṣāt-karaṇam |
tataś ca vivekajaṃ jñānaṃ prādurbhavati ||52||
De esta
forma, todas las cualidades (dharmas) entran en manifestación al mismo tiempo que cada
instante. Mediante la contemplación sobre el instante y la sucesión, ambos son
percibidos directamente. Y en consecuencia, surge la sabiduría que nace del
discernimiento.
—Practicar saṃyama sobre el tiempo y su secuencia hace nacer la
claridad absoluta. La claridad es la capacidad de distinguir la diferencia que
existe entre un objeto y otro y de ver cada uno de ellos en su totalidad, sin
impedimentos. El tiempo es relativo: existe por la comparación de un momento
con otro. Una unidad de tiempo es, de hecho, una representación del cambio. El
cambio consiste en la sustitución de una característica por otra. Este vínculo
entre el tiempo y el cambio es lo que se debe examinar (Desikachar, TKV “Yoga-sūtra de Patañjali”).
Bhoja — Rāja-Mārtanda (1018-1060)
||3.52||
kṣaṇaḥ sarvāntyaḥ kālāvayavō yasya
kalāḥ prabhavituṅ na śakyantē.
tathāvidhānāṅ kālakṣaṇānāṅ
yaḥ kramaḥ paurvāparyēṇa pariṇāmastatra
saṅyamātprāguktaṅ vivēkajaṅ
jñānamutpadyatē. ayamarthaḥ -- ayaṅ kālakṣaṇō.muṣmātkālakṣaṇātuttarō.yamasmāṅtpūrva
ityēvaṅvidhē kramē kṛtasaṅyamasyātyantasūkṣmē.pi
kṣaṇakramē yadā bhavati. sākṣātkārastadā.nyadapi
sūkṣmaṅ mahadādi sākṣātkarōtīti
vivēkajñānōtpattiḥ.
Un instante es
la más pequeña división del tiempo, cuya duración no puede ser ya más dividida.
Una secuencia es la transformación de tales instantes del tiempo, en períodos
de anterioridad y posterioridad. De la práctica del saṃyama sobre esto, surge el antedicho conocimiento que
nace del discernimiento (viveka). El
sentido es el siguiente. Quien practica el saṃyama con respecto de una secuencia, incluso de la más
sutil, de manera tal que piense que tal instante en el tiempo es posterior a
tal otro instante en el tiempo, y éste, a su vez, es anterior al otro; cuando
es capaz de ver con sus propios ojos incluso la secuencia sutil, entonces es
capaz de ver también con sus propios ojos otras cosas sutiles, como por
ejemplo, el gran principio (mahat). A
esto se refiere la obtención del conocimiento que emana del discernimiento.
Śaṅkara — Yoga-Bhāṣya-Vivaraṇa (s. VIII-XIV?)
No existe
cosa tal como la sucesión de instantes, y un instante en si es algo muy simple,
así que no puede haber asociación entre instantes, ni éstos acontecer al mismo
tiempo.
Objeción: pero si no hay asociación entre instantes y
sucesión, ¿cómo es que se suceden los
meses, años, etc.?
Respuesta: a partir de una asociación de instantes concebida
mentalmente (buddhisamhāra) en base a la percepción de las distintas
posiciones del sol y otros cuerpos. Así, el intelecto (buddhi) asume la diferencia de tiempo.
Para quien
la mente sensible (manas) está en calma, fluyendo de forma pacífica como una
corriente de ideas similares, cuyo aspecto mental sattva se encuentra establecido unidireccionalmente —aunque bajo la experiencia del tiempo, un instante
y un millar de edades son lo mismo. Esto no es así en la mente ordinaria
activa. Igualmente en los sueños, en media hora de imágenes mentales se
experimenta un viaje de varios miles de leguas que llevaría todo un año
efectuarlo. De esta forma, las asociaciones de tiempo se establecen simplemente
en base a la maravillosa variedad del intelecto (buddhi). Incluso el que afirma que existe un tiempo eternamente absoluto,
separado hasta de sí mismo, el cual determina la rapidez, lentitud, etc., de
acuerdo con la medida de alguna acción, no puede argumentar nada que indique la
existencia de dicho tiempo absoluto. Es como la vara de medir aplicada a una
acción cuya medida es todavía desconocida, como una acción cuya duración se
establece de antemano; por ejemplo (se dice): “dormiré hasta que tenga que ordeñar las vacas”, o “estudiaré hasta que el arroz cueza”. Esto es todo lo que es el tiempo. Incluso si hubiese un tiempo
absoluto y eterno, no podría haber relación con tal inmutable, y (este) no
podría suministrar un patrón firme con respecto al cual efectuar mediciones.
Objeción: es el tiempo en acción lo que fundamenta la
determinación.
Respuesta: dado que esto sería también activo, tendría que
haber algo que determinase su actividad y que estuviese hecho por algún otro
tiempo activo que lo determinase. Y esto necesitaría aún otro más,
produciéndose una regresión al infinito. Además, si estuviese activo, se
deduciría que no es eterno.
Objeción: se puede decir que el tiempo es lo que se mide en
relación a su actividad.
Respuesta: también son medidas otras cosas de acuerdo a su
actividad, y no hay necesidad de suponer el tiempo para ser diferente. De esta
forma, tendrá que considerarse que el tiempo es solamente acción (como ya se ha
dicho).
Objeción: entonces, el tiempo efectúa las determinaciones
sencillamente por el hecho de existir.
Respuesta: todo lo demás existe igualmente, con lo cual el
tiempo será lo mismo.
Objeción: tu tiempo activo es una simple construcción mental
(vikalpa).
Respuesta: no, pues todo el mundo acepta el hecho de la
actividad. Cuando se dijo “despacio” o “rápido”,
la idea es que se ha efectuado con un esfuerzo moderado o intenso, y no existe
referencia a algo exterior al tiempo.
Resulta
imposible que dos instantes surjan juntos en un poseedor (dharmin). Cuando el mes Caitra comienza, lo hace en un instante único. Dos instantes no acontecen al
mismo tiempo. A partir de saṃyama en el instante y en la sucesión de dos instantes,
surge su experiencia directa (sākṣātkaraṇa) y, en consecuencia, el conocimiento nacido de la discriminación.
Puesto que todas las cosas se pueden registrar como instantes y sus sucesiones,
cuando se logra discriminarlos, se conoce todo.
© Yogadarshana – Yoga y Meditación