Yoga Sūtras
Aforismos sobre Yoga de Patañjali
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marzo
2024
Pātañjalayogaśāstra (vitarkā hiṃsādayaḥ
kṛtakāritānumoditā lobhakrodhamohapūrvakā mṛdumadhyādhimātrā
duḥkhājñānānantaphalā iti pratipakṣabhāvanam)
106.
La consideración de lo contrario se practica como sigue: “pensamientos que invitan a hacer
daño, y otros similares, ya sea hecho por uno mismo, mandado hacer o
simplemente aceptado, proceden de la codicia, la ira o la confusión, en un
grado débil, moderado o intenso. Tales pensamientos tienen interminables consecuencias
de dolor e ignorancia”. De estas consideraciones, el ocasionar daño tiene
tres formas: (i) directa, (ii) indirecta y (iii) consentida. A su vez, cada una de estas tres formas de
hacer daño puede tener una de estas tres procedencias: (i) codicia, como matar
un animal para conseguir su carne y piel; (ii) ira,
como la de quien se siente agraviado y desea venganza; (iii)
confusión, como la de quien cree que adquirirá mérito sacrificando a ese
animal. Codicia, ira y confusión también
tienen tres tipos: (i) suave, (ii) moderado e (iii) intenso. Así, el ocasionar daño tiene
veintisiete divisiones. Más aún, cada uno de estos tres últimos tipos, suave,
moderado e intenso, tiene tres subdivisiones más: débilmente suave, (ii) medianamente suave, y (iii)
fuertemente suave; así como también (i) débilmente moderado, (ii) medianamente
moderado, y (iii) fuertemente moderado; al igual que débilmente intenso, (ii) medianamente intenso, y (iii)
fuertemente intenso. De esta forma, tenemos ochenta y una variedades de hacer daño. No
obstante, las distintas formas de hacer daño son innumerables a causa de las
diferentes conductas, las opciones que se pueden presentar y sus combinaciones,
pues la variedad de seres vivos también es innumerable. Este análisis es de
aplicación igualmente en los casos de falsedad y de otras violaciones de yama
y niyama. La consideración de los contrarios sería, en este caso:
“esas
ideas contrarias a yama y niyama conducen a innumerables frutos
de dolor e ignorancia”; o también, “dolor e ignorancia son los innumerables frutos de estos pensamientos
contrarios”. De esta forma, el que causa daño, en primer lugar reduce la
resistencia de su víctima; seguidamente le causa daño hiriéndole con su arma, o
algo parecido; y después, incluso, le quita la vida. Por haber debilitado a su
víctima, el cuerpo, la mente y los sentidos del asesino, perderán
progresivamente su fuerza.
106107. Por haber causado dolor, experimentará dolor
en sí mismo, ya en el infierno, ya reencarnado como animal o como fantasma. Por
haber matado a otro, volverá a vivir otra vida en la que constantemente estará
en peligro de morir. Y aunque desee la muerte, de una u otra forma continuará
vivo, pues deberá experimentar en esta vida las consecuencias de haber causado
dolor.
107.
Pero si, de alguna manera, el dolor ocasionado se
compensa con virtud, entonces gozará de una vida feliz, aunque corta. Este
razonamiento se aplicará con los necesarios ajustes a otros ideas contrarias,
como la mentira. Siendo consciente de las inevitables e indeseables
consecuencias de los pensamientos nocivos, la mente no debería volver a dirigir
su atención hacia esas ideas.
वितर्का हिंसादयः कृतकारितानुमोदिता लोभक्रोधमोहपूर्वका मृदुमध्याधिमात्रा दुःखाज्ञानानन्तफला इति प्रतिपक्षभावनम्॥३४॥
La consideración de
lo contrario [se practica] como sigue: “pensamientos [que invitan a]
hacer daño, y otros similares, [ya sea] hecho por
uno mismo, mandado hacer o [simplemente] aceptado, proceden de la codicia, la
ira o la confusión [en un grado] débil, moderado o intenso. [Tales
pensamientos] tienen interminables consecuencias de dolor e ignorancia”
(Traducción propia)
(Otras traducciones)
Vyaas Houston |
Vitarka-las
creencias opuestas, tales como hiṃsā-hacer daño, etc., ya sean
hechas, ocasionadas o aprobadas, están condicionadas por la codicia, la ira y
la confusión; son débiles, moderadas o excesivas y tienen consecuencias
interminables de dolor e ignorancia. Por tanto, hay que realizar sus opuestos |
Georg Feuerstein |
Nociones [malsanas], [como] hacer
daño y otras, ya sean hechas, causadas o aprobadas, ya surjan de la codicia,
la ira o el deseo, ya sean modestas, moderadas o excesivas —[tienen
su] interminable fruto en la ignorancia (avidyā) y el sufrimiento
(duḥkha); por tanto, [el yogui debe dedicarse a] el cultivo de
sus opuestos |
Christopher Chapple y Yogi Ananda
Viraj |
Pensamientos discursivos como la
violencia, etc., sean efectuados, causados o aprobados, conteniendo codicia,
ira o engaño, y siendo débiles, moderados o intensos , tienen como frutos
interminables la insatisfacción y la ignorancia; por tanto, [se prescribe] el
cultivo de los opuestos |
P. V. Karambelkar |
Los vitarkas son hiṃsā y similares, protagonizados por
uno mismo, a través de otros (o) autorizados y aprobados (para los demás),
(los cuales) pueden ser consecuencia de codicia, ira (o) deseo, (pueden
efectuarse en) grado pequeño, moderado o extremadamente intenso (y) pueden
conducir a resultados interminables de dolor (desgracia e) ignorancia. Por
tanto, (hay que intentar) el cultivo de tendencias (mentales) opuestas (a los
vitarkas concretos) |
James Haughton Woods |
Debido a que las consideraciones
perversas tales como hacer daño, ya sean hechas, ocasionadas o aprobadas, ya
resulten de la codicia, la ira o el deseo, ya sean suaves, moderadas o
vehementes, encuentran sus interminables consecuencias en dolor y falta de
razonamiento, debe cultivarse sus opuestos |
Pandit Usharbudh Arya |
Los razonamientos equivocados o
pensamientos anómalos son la violencia, etc.: 1.a. cometidos [por uno mismo],
1.b. causados para que otros los cometan, 1.c. consentidos; 2. Precedidos por
2.a. codicia, 2.b. ira, 2.c. deseo; 3.a. débiles, 3.b. moderados, 3.c.
intensos. Su fruto es interminable dolor e ignorancia. Tales (pensamientos
instituyen) el cultivo, el intento de ser, la impresión en uno mismo, por
medio de la contemplación, de los principios opuestos [no violencia, etc.] |
7. Phulgenda Sinha |
Pensamientos impropios relacionados
con la violencia o el daño se denominan vitarka. (Estos pensamientos
son de tres tipos). Efectuados por uno mismo, por otros o mediante aprobación
de los actos de terceros. Estos pensamientos impropios surgen debido a la
codicia, ilusión o ira, que se expresan de forma débil, moderada o intensa.
Estos pensamientos (vitarka) causan interminable dolor (pena) y
consecuencias (dañinas) debido a la ignorancia. Por tanto, es necesario
considerar los opuestos |
Emilio García Buendía |
Los deseos contrarios, (es decir,)
la violencia y los demás, tanto los que uno hace, los que hace hacer o los
que consiente, precedidos por la pasión, la cólera o el ofuscamiento, que
tiene la medida de suave, mediana o alta, tienen como ilimitada consecuencia
el sufrimiento y la falta de conocimiento; por ello (debe practicarse) el
desarrollo de la idea opuesta |
Oscar Pujol |
La meditación sobre los contrarios
consiste en considerar que las malas intenciones, como la violencia, [la
mentira] y otras, bien sean cultivadas por uno mismo, instigadas o
permitidas, tienen como resultado el dolor y la ignorancia interminables.
Estas [malas intenciones] van siempre precedidas por la codicia, la cólera o
la confusión y se producen en un grado suave, medio o fuerte |
Chip Hartranft |
Se puede actuar movido por
pensamientos poco sanos, como desear hacer daño a alguien, infundir esa clase
de pensamientos en los demás o aprobarlos. Los pensamientos poco sanos surgen
de la codicia, la ira o la ilusión, y pueden ser ligeros, moderados o extremos,
pero nunca cesan de madurar en ignorancia y sufrimiento. Por eso hay que
cultivar los pensamientos sanos |
—Pratipakṣabhāvana es tanto cualquier reflexión que permite volver a ver con calma los
problemas que pueden surgir, como el conjunto de las disposiciones requeridas y
que se adoptan para apartar o disminuir estos problemas. Se trata de una
desviación favorable que va en el sentido de la purificación y que reviste un
doble aspecto: el de la actitud mental (la reflexión) y el del ajuste dinámico
(el comportamiento obvio). Este sūtra, el más largo, toma en consideración muchos elementos. Distingue en
primer lugar tres clases de acción: la que el individuo realiza por sí mismo (kṛta), aquella de la que es responsable porque la manda
o la sugiere a otro (kārita), y la que deja de realizar con complacencia (anumoditā). El campo de actividad,
englobado de este modo, es muy amplio y sobrepasa con mucho la noción corriente
de responsabilidad: toda forma de participación, activa o pasiva, surge de esta
tipología tripartita. También se
citan algunos ejemplos que preceden a la aparición del problema: la avidez (lobha), la cólera
(krodha), el extravío (moha), de lo que
uno puede darse cuenta cuando, en un momento dado, se tiene una visión clara
sobre sí mismo. Patañjali
observa además que una situación puede vivirse con diferentes niveles de
intensidad. En el grado más anodino de la turbación (mṛdu), es
necesario tomarlo en consideración pero se hace sin dramatismo. Cuando es ya
más importante (madhya), debe prestarse una atención más seria. Finalmente
el caso se puede mostrar como grave y urgente (adhimātra), aunque no
se tenga clara conciencia de ello. El sūtra termina
fijándose en el interés que existe; para quien practica pratipakṣabhāvana, en
reflexionar sobre los frutos (phala) de sus actos: los resultados de actos negativos se
componen de sufrimiento y de ignorancia (duḥkha, ajñāna) y no
tienen nada en común con los intereses inmediatos que guían nuestra acción.
Quien está cada vez más impregnado de esta conciencia de las consecuencias a
más largo plazo, puede entonces evitar muchos comportamientos nocivos
(Marechal, Claude “Viniyoga”).
Vocabulario
vitarkā hiṃsā-ādayaḥ
kṛta-kārita-anumoditāḥ
lobha-krodha-moha-pūrvakāḥ mṛdu-madhya-adhimātrāḥ
duḥkha-ajñāna-ananta-phalāḥ iti pratipakṣa-bhāvanam
iti pratipakṣa-bhāvanam (la consideración de lo contrario, como sigue:) vitarkā hiṃsā-ādayaḥ (pensamientos tales como ocasionar daño y
similares), kṛta-kārita-anumoditāḥ (efectuado, ocasionado o aceptado), lobha-krodha-moha-pūrvakāḥ (proceden de la codicia, la ira o la confusión), duḥkha-ajñāna-ananta-phalāḥ (causan dolor e ignorancia interminables); mṛdu-madhya-adhimātrāḥ (débil, moderado o intenso)
vitarka
(vitarkāḥ): (m,
nom, sg) pensamiento discursivo, deliberación, consideración, duda, conjetura,
suposición; 1) idea contraria; 2) idea nociva; 3) divergencia.
hiṃsā-: violencia, daño, mal, perjuicio, dolor; hostil, dañino.
ādi (ādayaḥ): (m, nom, pl) 1) etcétera, estos y otros
similares; 2) primeros, comienzos, principios.
kṛta-: logrado, hecho,
completado.
kārita-: por hacer o efectuar;
procedimiento, conducta, comportamiento.
anumodita (anumoditāḥ): (m, nom, pl) con
consentimiento, con aprobación o aceptación, satisfactoriamente.
lobha-: avidez, codicia, deseo, ansia.
krodha-: cólera, ira.
moha-: pérdida de la conciencia,
desconcierto, aturdimiento, perplejidad, simpleza, insensibilidad.
pūrvaka (pūrvakāḥ): (m, nom, pl) acompañados
o precedidos de algo; 1) precedentes, basados en algo, 2) consistentes sobre
todo en algo concreto.
mṛdu-: suave, delicado, blando,
modesto, ligero, débil, flojo.
madhya-: moderado, medio, central,
intermedio.
adhimātra
(adhimātrāḥ): (m, nom, pl) intenso, poderosos, extremo, excesivo, extraordinario.
duḥkha-: descontento, sufrimiento, molestia, dolor, pena,
dificultad, problema.
ajñāna-: falta de comprensión o de conocimiento, ignorancia.
ananta-: sin fin, interminable,
infinito.
phala (phalāḥ): (m, nom, pl) efectos,
resultados, consecuencias; 1) frutos, referidos a la recompensa moral o pago
kármico de acciones propias; 2) repercusiones.
iti: así, de esta forma, en consecuencia, por
tanto, en definitiva, finalmente.
pratipakṣa-: contrario, opuesto.
bhāvana (bhāvanam): (n, nom,
sg) realización, nacimiento, surgimiento, aparición; 1) el estado de nacimiento o surgimiento a la
existencia, 2) contemplación, consideración,
cultivo, proyección o evocación mental.
pratipakṣabhāvana
(pratipakṣabhāvanam): (n, nom, sg) consideración de lo contrario.
Vyāsa — Yoga-Bhāṣya (s. V.)
2.34(106): tatra hiṃsā tāvat—kṛta-kāritānumoditeti tridhā
|
De estas
(consideraciones), el ocasionar daño tiene tres formas: (i) directa (hecho por
uno mismo), (ii) indirecta (mandado hacer a otro) y (iii) consentida (aprobada cuando lo ha efectuado otro).
2.34(106): ekaikā
punas tridhā—lobhena māṃsa-carmārthena,
kordhenāpakṛtam aneneti,
mohena dharmo me bhaviṣyatīti |
A su vez,
cada una (de estas tres formas de hacer daño)
(puede) tener (una de estas) tres procedencias: (i) codicia, como (matar un
animal) para (conseguir) su carne y piel; (ii) ira,
como la de quien se siente agraviado (y desea venganza); (iii)
confusión, como la de quien cree que adquirirá mérito (sacrificando a ese
animal).
2.34(106): lobha-krodha-mohāḥ punas trividhā
mṛdu-madhyādhimātrā iti |
Codicia, ira
y confusión también tienen tres tipos: (i) suave, (ii)
moderado e (iii) intenso.
2.34(106): evaṃ sapta-triṃśatir bhedā
bhavanti hiṃsāyāḥ |
Así, el
ocasionar daño tiene veintisiete divisiones.
2.34(106): mṛdu-madhyādhimātrāḥ
punas trividhāḥ—mṛdu-mṛdur madhya-mṛdus
tīvra-mṛdur iti |
Más aún, cada uno de estos tres últimos tipos
(suave, moderado e intenso) tiene tres subdivisiones más: (i) débilmente suave,
(ii) medianamente suave, y (iii)
fuertemente suave;
2.34(106): tathā mṛdu-madhyo madhya-madhyas
tīvra-madhya iti |
así
como también (i) débilmente moderado, (ii) medianamente moderado, y (iii) fuertemente moderado;
2.34(106): tathā mṛdu-tīvro madhya-tīvro’timātra-tīvra iti |
al
igual que (i) débilmente intenso, (ii) medianamente
intenso, y (iii) fuertemente intenso.
2.34(106): evam ekāśīti-bhedā
hiṃsā bhavati |
De esta
forma, tenemos ochenta y una variedades de hacer daño.
2.34(106): sā punar
niyama-vikalpa-samuccaya-bhedād asaṅkhyeyā prāṇa-bhṛd-bhedasyāparisaṅkhyeyatvād iti |
No obstante,
las distintas (formas de hacer daño) (son) innumerables a causa de las
diferentes conductas (niyama), las opciones (que se pueden presentar) (vikalpa) y sus combinaciones (samuccaya), pues la variedad de seres vivos (también es)
innumerable.
2.34(106): evam anṛtādiṣv
api yojyam |
Este
análisis es de aplicación igualmente en los casos de falsedad y de otras
(violaciones de abstenciones y observancias).
2.34(106): te khalv amī
vitarkāḥ—duḥkhājñānānanta-phalā
iti pratipakṣa-bhāvanam |
La
consideración de los contrarios (sería, en este caso): “esas ideas contrarias (a las abstenciones y las
observancias) conducen a los innumerables frutos de
dolor e ignorancia”;
2.34(106): duḥkham ajñānaṃ cānantaṃ
phalaṃ yeṣām
iti pratipakṣa-bhāvanam |
(o también) “dolor e ignorancia (son) los innumerables frutos de
estos (pensamientos contrarios)”.
2.34(106): tathā ca hiṃsakas tāvat prathamaṃ badhyasya vīryam ākṣiptati,
De esta
forma, el que causa daño, en primer lugar reduce la
resistencia de su víctima;
2.34(106): tataś ca śastrādi-nipātena duḥkhayati
|
seguidamente
le causa dolor hiriéndole con su arma, o algo parecido;
2.34(106): tato jīvitād
api mocayati |
y después,
incluso, le quita la vida.
2.34(106): tato vīryākṣepād
asya cetanācetanam upakaraṇaṃ
kṣīṇa-vīryaṃ bhavati |
Por haber
debilitado a su víctima, los instrumentos conscientes e inconscientes (cuerpo,
mente y sentidos) del asesino, perderán progresivamente su fuerza.
2.34(106107): duḥkhotpādān
naraka-tiryak-pretādiṣu
duḥkham anubhavati | jīvanta-vyaparopaṇāt
pratikṣaṇaṃ ca jīvitātyaye
vartamāno maraṇam
icchann api duḥkha-vipākasya
niyata-vipāka-vedanīyatvāt
kathamcid evocchvasiti |
Por haber
causado dolor, experimentará dolor en sí mismo, ya en el infierno, ya
(reencarnado) como animal o como fantasma. Por haber matado a otro, volverá a
vivir otra vida en la que (constantemente) estará en peligro de morir. Y aunque
desee la muerte, de una u otra forma continuará vivo, pues debe experimentar en
esta vida las consecuencias (de haber causado) dolor.
2.34(107): yadi
ca kathamcit puṇyāvāpagatā
hiṃsā bhavet, tatra sukha-prāptau bhaved alpāyur iti |
Pero si, de
alguna manera, el dolor ocasionado se compensa con virtud, entonces gozará de
una vida feliz, aunque corta.
2.34(107): evam anṛtādiṣv
api yojyaṃ yathā-sambhavam
|
Este
razonamiento se aplicará —con
los necesarios ajustes— a otras (ideas contrarias), como
la mentira.
—Podemos observar cómo Patañjali, con el método de pratipakṣabhāvana, desarrolla la teoría de la
acción negativa, vitarka, es decir, las acciones opuestas a yamas y niyamas, tales como hiṃsā, asatya, steya, etc. Investigar su formación con todas las consecuencias hasta el
límite más lejano de infinito dolor e ignorancia. De esta forma se pueden
abarcar sin limitaciones todas las acciones negativas, incluidas las
criminales, —ya
estén motivadas, por krodha, lobha, y sin importar de qué forma se lleven a cabo, kṛta, kārita, anumodita, y en qué grado de intensidad, mṛdu, madhya, adhimātra. Este límite (anantaphalā), que está determinado por duḥkha y ajñāna, es la antítesis al otro, al límite opuesto, identificado por “jñānadīptir
ā vivekakhyāteḥ”. Una persona que esté a punto de hacer algo, debería en primer lugar
analizar sus intenciones antes de adoptar una decisión, de tal forma que quede
claro: (1) su propia responsabilidad por tales actos, sin importar si los
prepara el mismo, si los induce a algún otro, o simplemente los aprueba, (2) la
motivación emocional, es decir, la razón por la que quiere hacerlo, si inducido
por la codicia, la ira, la confusión, etc., (3) la intensidad de su
cumplimiento, sea ligera, moderada o excesiva, y (4) la consideración de las
abrumadoras consecuencias, reflejadas en sufrimiento e ignorancia (Janacek,
Adolf “The methodical principle in yoga according to Patañjali's Yoga-Sutras”, pag.
527).
2.34(107): evaṃ vitarkāṇāṃ
cāmum evānugataṃ
vipākam aniṣṭaṃ
bhāvayan na vitarkeṣu
manaḥ praṇidadhīta ||34||
Siendo
consciente de las inevitables e indeseables consecuencias de los pensamientos
(nocivos), la mente no debería volver a dirigir (su atención) hacia esas ideas.
—En este aforismo Patañjali nos dice cómo evitar las
contradicciones entre los cinco principios. Este excelente método nos permite
invertir las causas del sufrimiento aceptando el valor negativo de nuestra
actitud; apreciando su gravedad; investigando su origen; determinando nuestra
propia tasa de responsabilidad; y, finalmente, meditando en la interminable
dimensión de los efectos negativos (Bouanchaud, Bernard “The Essence of
Yoga”).
—Por
ejemplo, un deseo súbito de actuar con rudeza, de aprobar o apoyar acciones
duras, puede ser frenado reflexionando sobre sus consecuencias nocivas. Actos
de este tipo provienen, a menudo, de instintos inferiores como la cólera, la
posesividad o un juicio deficiente. Sea cual sea la importancia de estas
acciones, la reflexión en una atmósfera favorable puede frenar nuestros deseos
de actuar de esta manera (Desikachar, TKV “Yoga-sūtra
de Patañjali”).
—Este aforismo no deja lugar a
dudas sobre la severidad que se espera en la represión de los impulsos nocivos.
Cualquiera que sea la razón y sea cual sea su intensidad, conducen al extravío
del yogui, a la intensificación de su ceguera espiritual y al aumento de su
profundo malestar con la vida ordinaria. Sólo la firme adhesión a los
principios del yoga puede impedir la equivocación sobre la actitud natural que
hace justificables el daño intencional (competiciones, guerras), el robo
(evasión de impuestos) o la mentira (publicidad) (Feuerstein, Georg “The
Yoga-Sūtra of Patañjali”).
—Si
uno se hace la pregunta de por qué es preciso observar una determinada conducta
moral para alcanzar la meta del Yoga de los Yogasūtras que parece ser de
naturaleza puramente psicológica, el samādhi, aquí se
explica el motivo. La violencia y todas las demás tendencias opuestas generan
sufrimiento (duḥkha) y ausencia de conocimiento sin fin. No obstante
surge la duda si no se están mezclando dos ámbitos diferentes, el ético y el
psicológico o si se defiende una postura de psicologismo ético. Una posible
respuesta a esto podría ser la de considerar que todas aquellas conductas
tendentes a la tranquilidad de la agitación de la vida psíquica se pueden
considerar moralmente correctas. Esto podría ser un criterio de moralidad
objetivo y universal superando las éticas “débiles” o por convención (García Buendía, Emilio “El yoga como sistema filosófico”, pag. 327).
Bhoja —
Rāja-Mārtanda (1018-1060)
||2.34||
ētē pūrvōktāḥ
vitarkāḥ hiṅsādayaḥ prathamaṅ tridhā bhidyantē kṛtakāritānumōditā
bhēdēna. tatra svayaṅ
niṣpāditāḥ kṛtāḥ.
kuru kurviti prayōjakavyāpārēṇa
samutpāditāḥ kāritāḥ.
anyēna kriyamāṇāḥ
sādhvityaṅgīkṛtā anumōditāḥ. ētacca
traividhyaṅ parasparavyāmōhanivāraṇāyōcyatē.
anyathā mandamatirēvaṅ
manyēta na mayā svayaṅ hiṅsā kṛtēti nāsti mē
dōṣa iti. ētēṣāṅ
kāraṇapratipādanāya lōbhakrōdhamōhapūrvakā iti. yadyapi lōbhakrōdhau prathamaṅ nirdiṣṭau
tathā.pi sarvaklēśānāṅ
mōhasyānātmani ātmābhimānalakṣaṇasya
nidānatvāttasminsati svaparavibhāgapūrvakatvēna
lōbhakrōdhādīnāmudbhavānmūlatvamavasēyam.
mōhapūrvikā sarvā
dōṣajātirityarthaḥ. lōbhastṛṣṇā. krōdhaḥ kṛtyākṛtyavivēkōnmūlakaḥ
prajvalanātmakaścittadharmaḥ. pratyēkaṅ kṛtādibhēdēna
triprakārā api hiṅsādayō
mōhādikāraṇatvēna tridhā bhidyantē. ēṣāmēva punaravasthābhēdēna
traividhyamāha -- mṛdumadhyādhimātrāḥ.
mṛdavō mandā
na tīvrā nāpi
madhyāḥ. madhyā
nāpi mandā nāpi tīvrāḥ.
adhimātrāstīvrāḥ. pāścāttyā nava bhēdāḥ.
itthaṅ traividhyē
sati saptaviṅśatirbhavati. mṛdvādīnāmapi pratyēkaṅ
mṛdumadhyādhimātrabhēdāttraividhyaṅ
saṅbhavati. tadyathāyōgaṅ
yōjyam. tadyathā
-- mṛdumṛdurmudamadhyō mṛdutīvra iti. ēṣāṅ
phalamāha -- duḥkhājñānānantaphalāḥ.
duḥkhaṅ pratikūlatayā.vabhāsamānō
rājasaścittadharmaḥ. ajñānaṅ mithyājñānaṅ
saṅśayaviparyayarūpaṅ, tē duḥkhājñānē
anantamaparicchinnaṅ phalaṅ
yēṣāṅ tē
tathōktāḥ. itthaṅ
tēṣāṅ svarūpakāraṇādibhēdēna
jñātānāṅ pratipakṣabhāvanayā
yōginā parihāraḥ
kartavya ityupadiṣṭaṅ
bhavati.
La violencia
y el resto, ya mencionado anteriormente, se divide, primeramente, en tres
clases: hecho, ocasionado y aprobado. Lo hecho es lo realizado por uno mismo.
Lo ocasionado es lo que ocurre por efecto de una incitación, expresada bajo la
forma de: “¡hazlo, hazlo!” Lo aprobado
es lo aceptado, cuando es hecho por otra persona, con las palabras: “¡Bien hecho, bien hecho”. Esta triple división tiene por
objeto impedir la confusión respecto de cada uno de ellos; si no, algún tonto
podría pensar que, no habiendo ejercido él mismo violencia, no le alcanza falta
ninguna. Con el objeto de indicar la causa de esto, dice: precedido por el
deseo, la cólera o la confusión. Aunque el deseo y la cólera sean enunciados en
primer lugar, sin embargo, la confusión (mental), cuyo rasgo característico es
considerar la existencia del sí-mismo en lo que carece de sí-mismo, es el
origen de todas las imperfecciones; y siendo así, ha de entenderse que ella es
la raíz, puesto que de su surgimiento se sigue el surgimiento del deseo, la
cólera, etc., como consecuencia de la distinción entre lo propio y lo ajeno. El
deseo es la sed (tṛṣṇā) o ansia. La cólera es una condición de la mente,
de naturaleza inflamable, que elimina de raíz la capacidad para distinguir
entre lo que debo y lo que no debo hacer. Cada una de estas condiciones es
triple, según que se les considere como realizadas, etc.; y también la
violencia, etc., son presentadas bajo tres aspectos, según se les considere
como ocasionadas por la confusión mental, etc. Son de nuevo consideradas bajo
un triple aspecto, según sean de condición suave, moderada o extraordinaria.
Suave significa lento, es decir, ni excesivo ni moderado. Lo moderado no es ni
lento ni excesivo. Lo extraordinario o excesivo no es ni lento ni moderado.
Resultan así nueve tipos, y como cada uno de éstos es triple, el resultado
total es de veintisiete. De nuevo, cada una de estas divisiones en suave, etc.,
según se les considere suaves, moderadas o extraordinarias, se combinan
triplemente, tal como convenga. Así tenemos, por ejemplo, lo suavemente suave,
lo suavemente moderado y lo suavemente extraordinario. Sus resultados los
declara diciendo que tienen por fruto interminable el dolor y la ignorancia. El
dolor es un estado (dharma) de la mente, correspondiente a la cualidad activa
(rajas), que se manifiesta en forma de un rechazo. La ignorancia es el falso
conocimiento, bajo la forma del error o la duda. Así, queda explicado aquello
que tiene por fruto interminable o ininterrumpido al dolor y la ignorancia. Se
establece así que el yogui, que los ha conocido mediante la distinción de su
naturaleza, causa, etc., debe eliminarlos produciendo su contrario.
© Yogadarshana – Yoga y Meditación