Yoga Sūtras
Aforismos sobre Yoga de Patañjali
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Actualizado:
abril 2024
Pātañjalayogaśāstra
(grahaṇasvarūpāsmitānvayārthavattvasaṃyamād
indriyajayaḥ)
166. Al efectuar saṃyama sobre el proceso de percepción, la naturaleza
esencial, la individualidad, su interconexión y su finalidad, se logra el
dominio de los sentidos. Los objetos
de los sentidos son el sonido y otros objetos similares, abarcando tanto
aspectos generales como particulares; (i) la actividad de los sentidos respecto
de estos objetos es el proceso de percepción. La naturaleza de la percepción no
es solamente el aspecto general. Si el aspecto particular del objeto no fuese
captado por el órgano de los sentidos, ¿cómo podría la mente sensible
determinar con precisión el objeto? (ii) La naturaleza esencial es el sentido
en sí mismo, una substancia que es producto de la combinación de los aspectos
universal y particular de la pureza mental, cuyas partes son inseparables. (iii) El tercer aspecto de los sentidos es el sentimiento de
individualidad, caracterizado como conciencia de existencia. La individualidad es una forma genérica, y los
sentidos son sus especializaciones. (iv) El cuarto
aspecto de los sentidos son sus constituyentes fundamentales, los cuales se
consideran siempre tendiendo hacia la luz, la actividad y la estabilidad,
respectivamente; los sentidos y el sentimiento de individualidad son sus
transformaciones. (v) El quinto aspecto de los sentidos
es la dependencia de puruṣa,
inherente en los constituyentes fundamentales. Efectuando saṃyama en estos cinco aspectos de los sentidos, dominándolos
uno por uno en el orden dado hasta que los cinco son conquistados, surge en el
yogui el dominio de los sentidos.
ग्रहणस्वरूपास्मितान्वयार्थवत्त्वसंयमादिन्द्रियजयः॥४७॥
grahaṇasvarūpāsmitānvayārthavattvasaṃyamād
indriyajayaḥ ||47||
Al efectuar la contemplación sobre el proceso de percepción,
la naturaleza esencial, la individualidad, su interconexión y su finalidad, se
logra el dominio de los sentidos
(Traducción propia)
(Otras traducciones)
Vyaas
Houston |
Mediante Saṃyama sobre (sus) procesos de percepción, svarūpa-naturaleza esencial, la sensación de “yo soy”, (su) conexión y la naturaleza de servir a un objetivo, dominio de los indriya-órganos de los sentidos |
Georg
Feuerstein |
A través de [la práctica de] la restricción sobre [el proceso de] percepción, la forma esencial, la “soy-dad”, la conexión y el objetivo [el yogui adquiere] dominio sobre los sentidos |
Christopher
Chapple y Yogi Ananda Viraj |
A partir de Saṃyama sobre la captación, la propia forma, la “soy-dad”, su conexión y su significado, hay dominio sobre los órganos de los sentidos |
P.
V. Karambelkar |
A través de la práctica de Saṃyama sobre (el poder de) aprensión, (su) estado natural propio, asmitā (conciencia de sí mismo), relación (y) propósito (de los sentidos), (se alcanza) dominio sobre los sentidos |
James
Haughton Woods |
Como resultado de la restricción sobre el proceso de conocimiento, el atributo esencial, el sentimiento de personalidad, la inherencia y el objetivo, [se sigue] la subyugación de los órganos |
75. Phulgenda
Sinha |
Mediante la práctica de Saṃyama en el poder de cognición, en la propia apariencia natural, la conciencia de sí-mismo y los propósitos (deseos, objetivos, metas), se adquiere dominio sobre los órganos de los sentidos |
Emilio
García Buendía |
Por saṃyama sobre el proceso de conocimiento, su propiedad esencial, la yoidad, sus cualidades y su finalidad (se consigue) la victoria sobre los órganos de los sentidos |
Oscar
Pujol |
Gracias al dominio de la percepción, de la esencia, del sentido del yo, de la inmanencia y de la intencionalidad, la conquista de los sentidos |
Chip Hartranft |
Al observar con la perfecta disciplina los distintos aspectos de los órganos sensoriales —sus procesos perceptivos, sus naturalezas intrínsecas, su identificación con el yo, su interconexión, sus propósitos—, el yogui acaba dominándolos |
—La compleja
práctica de autocontrol descrita en III.44
puede aplicarse también al aparato sensorial que representa el nivel tosco de
toda la jerarquía. Su esencia (svarūpa) es brillo o luminosidad, como el sattva de la conciencia. Su causa o aspecto sutil es el
principio de individuación o “soy-dad” (Feuerstein, Georg “The Yoga-Sūtra of Patañjali”).
—En el
sūtra 44
de este mismo Libro se explica el modo de conseguir la denominada victoria
sobre los distintos elementos (bhūta, tanto groseros como sutiles); ahora aquí se trata
de explicar cómo conseguir la victoria sobre los órganos de los sentidos de la
cognición (indriya). Se podría decir que el autor va recorriendo la ontología del
sistema Sāṃkhya
teniendo como objetivo el explicar la manera de conseguir dominar cada una de
dichas categorías mediante la técnica mental propia y específica del yoga (García Buendía, Emilio “El yoga como
sistema filosófico”, págs. 417).
—Patañjali
denomina grahaṇa rūpa (cognición) al aspecto externo, o de acción, de los órganos
sensoriales; el aspecto de captación. El segundo es svarūpa. El aspecto de su forma genuina original. Al igual
que un profesor tiene su propio aspecto original, que difiere del de ser
profesor, así también los sentidos y los órganos poseen sus propios aspectos
genuinos. El siguiente es asmitā
rūpa, el aspecto ligado a los sentimientos de
pertenencia y posesión. Cuando afirmamos “estos son mis
ojos, y estas son mis manos”, entra en juego este
aspecto; los sentidos y los órganos poseen una yoidad. El cuarto aspecto es anvaya rūpa, el aspecto de organización.
Este universo esta cimentado por los tres gunas: sattva, rajas y tamas. Cada uno de los átomos que conforman los sentidos y los órganos se
enmarcan en los tres guna. Por eso una persona presenta una naturaleza sátvica, rajásica o
tamásica. La organización de los sentidos y de los órganos, en función de la
organización de sattva, rajas y tamas, es su anvaya rūpa. El quinto aspecto, más allá de los cuatro anteriores, es arthavattva rūpa, el aspecto de la finalidad.
Solo una vez determinada la finalidad de algo, se determina la naturaleza de
ese algo, y entonces la acción que se ha de realizar se lleva a cabo. Arthavattva ocupa un lugar central, puesto que determina los guṇa y el aspecto de organización; la naturaleza de asmitā queda fijada, y entonces aparecen los sentidos y
los órganos. Estos son los cinco aspectos o formas de los sentidos y órganos (Iyengar, Prashant S., “La ciencia yóguica de los órganos y los sentidos”, pág. 32-33).
Vocabulario
grahaṇa-svarūpa-asmitā-anvaya-arthavattva-saṃyamāt indriya-jayaḥ
grahaṇa-svarūpa-asmitā-anvaya-arthavattva-saṃyamāt (al efectuar la contemplación sobre el proceso de
percepción, la naturaleza esencial, la individualidad, la interconexión y la
finalidad), indriya-jayaḥ (el dominio de los sentidos)
grahaṇa-: captación, acto de
conocimiento; 1) percepción (pratyakṣa) en sus tres aspectos (sensorial -principalmente-, mental y
vivencial).
svarūpa-: identidad, esencia, forma propia, condición
propia.
asmitā-: “soy-dad”, “yo-idad”, “ego-idad”; 1) sensación de estar vivo,
conciencia de ser o existir individualmente (no debe confundirse con el
egoísmo), experimentación de sí mismo como ser individual; 2) personalidad,
individualidad (ahaṃkāra).
—Es importante
no confundir lo que designa la palabra asmitā y la palabra ahaṃkāra. La primera de ellas se podría
traducir como “yoidad” dado que es un abstracto formado a partir de asmi el cual es la primera persona del presente de
indicativo del verbo ser. La “yoidad” es visto aquí como una fluctuación mental que genera el
sentimiento o sensación de “yo” expresado por ese pronombre personal. Por otro lado, ahaṃkāra es un principio ontológico, es
decir, una auténtica realidad visto en el sistema Sāṃkhya como una de las fases del
proceso evolutivo de toda la realidad. Literalmente significa “el hacedor de yoes” por lo que remitiría
más al problema de la individualidad con independencia de que exista el
anterior sentimiento de “yoidad” o no (García
Buendía, Emilio
“El yoga como sistema filosófico”, págs. 417-418).
anvaya-: asociación, conexión;
nexo, vínculo.
arthavattva-: intencionalidad,
finalidad, propósito, significado, importancia.
saṃyama (saṃyamāt): (m, abl,
sg) mediante el control, a raíz de mantener unido, con el autocontrol; 1) a partir de la contemplación, la concentración perfecta, el completo sometimiento o el autocontrol total; 2) con la práctica
continuada de concentración (dhāraṇā), meditación (dhyāna) e identificación completa (samādhi) sobre un mismo objeto.
indriya-: poder, instrumento,
órganos de los sentidos; 1) facultad sensitiva correspondiente a un órgano de
los sentidos.
jaya (jayaḥ): (m, nom, sg) conquista,
victoria, dominio, supremacía, maestría.
Vyāsa — Yoga-Bhāṣya (s. V.)
3.47(166): sāmānya-viśeṣātmā śabdādir
grāhyaḥ | teṣv
indriyāṇāṃ vṛttir grahaṇam
| na ca tat-sāmānya-mātra-grahaṇākāram
| katham anālocitaḥ sa viṣaya-viśeṣa
indriyeṇa manasānuvyavasīyeteti?
Los objetos de los sentidos son el sonido y otros (objetos similares),
abarcando tanto aspectos generales como particulares; (i) la actividad de los
sentidos respecto de estos objetos es el proceso de percepción. La naturaleza
de la percepción no es solamente el aspecto general. Si el aspecto particular
del objeto no fuese captado por el órgano de los sentidos, ¿cómo podría
la mente sensible (manas) determinar con precisión el objeto?
—El poder de
percepción hace que los sentidos (oído) capten lo universal escondido en los
elementos sutiles (tanmātras) (sonido). Cada sentido tiene una naturaleza propia (svarūpa), un tipo particular de sensación que lo distingue
del otro y que permite captar la forma específica del objeto percibido
(Gardini, Walter “Yoga clásico”).
—Así como hemos hablado de las cinco formas de la creación física o
material, del mismo modo podemos hablar de las cinco formas o de los cinco
niveles de la creación sensible. La primera forma es la de la percepción o
captación (grahaṇa) de los datos sensoriales de los objetos externos.
Se trata, por lo tanto, de una acción (kriyā) o de un
proceso mental (vṛtti) que implica un cambio de la sustancia mental, que
adopta la forma de los objetos externos. La percepción del objeto externo es
específica, y no solo general. Es decir, se conoce el objeto con sus cualidades
específicas, que son presentadas al intelecto, el cual es capaz, no solo de
reconocer el objeto, sino de ser consciente de este reconocimiento (Pujol, Oscar “Yogasūtra”, pag 308-309).
3.47(166): svarūpaṃ punaḥ prakāśātmano buddhi-sattvasya
sāmānya-viśeṣayor ayuta-siddhāvayava-bhedānugataḥ samūho dravyam indriyam |
(ii) La
naturaleza esencial (de los sentidos) es el sentido en sí mismo, una substancia
que es producto de la combinación de los aspectos universal y particular de la
pureza mental (buddhisattva), cuyas partes son inseparables.
—La segunda forma de los sentidos es su esencia o naturaleza, su
forma más íntima (svarūpa), que es común (samānya) a todos
los sentidos. Por lo tanto, si la primera forma ponía un énfasis especial en lo
específico (viśeṣa), esta segunda se refiere a la forma universal (samānya) de los
sentidos, a su naturaleza general, que es la luminosidad. Vyāsa afirma que
la esencia de los sentidos es una configuración especial del intelecto
caracterizada por la luminosidad. Como dice Hariharānanda, el ojo es una
puerta de luz, el oído es una puerta de luz, la lengua y la piel son puertas de
luz. Habría que añadir que la luz no viene de afuera, sino de dentro del
intelecto. La luz sale y vuelve a entrar por las puertas de los sentidos después
de captar las formas de los objetos y configurar moldes luminosos que son
introducidos en la mente. Para lograr este nivel habrá que meditar, pues, en la
luminosidad de todas las percepciones más que en su contenido (Pujol, Oscar “Yogasūtra”, pag 309).
3.47(166): teṣāṃ tṛtīyaṃ rūpam asmitā-lakṣaṇo’haṅkāraḥ |
(iii) El
tercer aspecto (de los sentidos) es el sentimiento de individualidad (ahaṃkāra), caracterizado como conciencia de existencia.
—La tercera forma de los sentidos es la egoidad, o el sentido del
yo, que es la causa material de los sentidos. Los sentidos salen de la egoidad
como los distintos riachuelos surgen de un mismo lago. La egoidad produce los
sentidos con su parte sátvica, y por eso los sentidos son luminosos (Pujol, Oscar “Yogasūtra”, pag 309-310).
3.47(166): tasya sāmānyasyendriyāṇi
viśeṣāḥ | caturthaṃ
rūpaṃ vyavasāyātmakāḥ
prakāśa-kriyā-sthiti-śīlā
guṇāḥ | yeṣām indriyāṇi sāhaṅkārāṇi
pariṇāmāḥ |
(La individualidad) es una forma genérica, y los sentidos son sus
especializaciones. (iv) El cuarto aspecto (de los sentidos) son sus guṇas, los cuales
se consideran siempre tendiendo hacia la luz, la actividad y la estabilidad,
respectivamente; los sentidos y el sentimiento de individualidad son sus
transformaciones.
—La cuarta forma, la inmanencia, igual que en el caso de los
elementos se refiere a los constituyentes o guṇa. Hay, sin
embargo, una diferencia, porque los guṇa pueden funcionar de dos formas: como determinantes
o como objetos determinados. Para decirlo de otro modo, como una función
inteligente capaz de determinar la naturaleza de un objeto, o como un objeto no
inteligente que puede ser determinado y conocido por la primera función. Esta
dualidad de funciones equivale a las dos evoluciones o creaciones que hemos
mencionado más arriba: la elemental y la sensorial. ‘Para Vijñāna Bhikṣu,
esta cuarta forma se refiere específicamente al intelecto como función de la
mente que es capaz de reconocer los objetos
(Pujol, Oscar “Yogasūtra”, pag 310).
3.47(166): pañcamaṃ rūpaṃ guṇeṣu
yad anugataṃ puruṣārthavattvam
iti |
(v) El quinto
aspecto (de los sentidos) es la dependencia del “sí-mismo-esencial”,
inherente en los guṇas.
—Esa naturaleza real debe singularizarse antes de que
la mente pueda usarla para construir una imagen mental. Sin esta unicidad, la
sensación permanecería como un mero fenómeno sensorio y no se convertiría en un
acto de sentir. La mente no podría, en tales circunstancias, integrar las
sensaciones que percibe por distintos canales, en imágenes mentales compuestas.
En la base de esa sensación singularizada hay una combinación particular de los
guṇas que forma el aspecto omnipenetrante de los órganos.
Pero detrás de cada combinación, existe una función específica que esa
combinación tiene que cumplir; es la etapa funcional (Taimni, I.K. “La ciencia de
—La quinta forma, como en el caso de los elementos, es la doble
intencionalidad de los sentidos; es decir, primero hacer posible para el puruṣa la
experiencia sensorial y, después, permitir su liberación (Pujol, Oscar “Yogasūtra”, pag 310).
3.47(166): pañcasv evetṣv
indriya-rūpeṣu yathā-kramaṃ saṃyamas tatra tatra
jayaṃ kṛtvā pañca-rūpa-jayād indriya-jayaḥ prādurbhavati
yoginaḥ ||47||
Efectuando saṃyama en estos cinco aspectos de los sentidos,
dominándolos uno por uno en el orden dado hasta que los cinco son conquistados,
surge en el yogui el dominio de los sentidos.
—El dominio de los sentidos se adquiere por la
práctica de saṃyama sobre la facultad sensorial de observar sus respectivos
objetos, sobre la manera en que estos objetos son comprendidos, en que la
persona se identifica con el objeto, en que los objetos, los sentidos, la mente
y “lo que percibe” están en relación mutua y sobre lo que resulta de dicha
percepción (Desikachar, TKV “Yoga”).
Bhoja — Rāja-Mārtanda
(1018-1060)
||3.47|| grahaṇamindriyāṇāṅ
viṣayābhimukhī vṛttiḥ. svarūpaṅ sāmānyēnaprakāśakatvam.
asmitā.haṅkārānugamaḥ. anvayārthavattvē pūrvavat. ētēṣāmindriyāṇāmavasthāpañcakē
pūrvavatsaṅyamaṅ kṛtvēndriyajayī
bhavati.
La aprehensión consiste en una modificación de la
mente (vṛtti), al
tomarse ésta hacia los objetos de los sentidos. La esencia (svarūpa), en general, consiste en el hecho de manifestarse.
La egoicidad (asmitā) proviene
de la yoidad (ahaṃkāra). Tanto la
inherencia como la objetividad (arthavattva), han sido explicadas anteriormente. Al practicar el saṃyama con respecto de las mencionadas cinco condiciones
de los sentidos, se convierte uno en el conquistador de los sentidos.
Śaṅkara —
Yoga-Bhāṣya-Vivaraṇa (s. VIII-XIV?)
Todo lo que
se trata ahora se basa en lo mismo que el sūtra anterior (III.44), excepto en que
aquí la individualidad pura es lo particular correspondiente a los tanmātras en el caso de los elementos. De lo que se trata es
de la determinación precisa en el caso de aquellos sin problemas de visión, o
de la falta de ella para aquellos otros que no ven correctamente. Por tanto, no
hay determinación mental de ningún objeto que no haya sido captado por un
órgano de los sentidos. Es en esta operación (vṛtti) de los sentidos, cuyo fundamento es lo particular,
en lo que se efectúa el primer saṃyama. En el segundo aspecto de los sentidos la iluminación de un objeto es
la aplicación particular de dichos sentidos, igual que iluminar la forma de un
objeto, como por ejemplo una jarra, puede ser la aplicación concreta de una
lámpara. El universal es luz pura. Igual que un universal como la cualidad de
forma tiene ejemplos correspondientes en cosas como objetos físicos, así un
sentido, con su naturaleza de luz tiene un particular ejemplo correspondiente
en la operación de captación, la cual es en esencia un particular de la
substancia que es el sentido. Se debería efectuar saṃyama en esto, el segundo aspecto de los sentidos. Los
sentidos, que son combinaciones cuyas partes no existen de forma aislada y cuyo
aspecto de penetración es la percepción, son concreciones. Saṃyama va a efectuarse sobre ellos, sobre la inherencia de
los guṇas y sobre la finalidad que poseen.
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