Nada
Yoga: El yoga del sonido sutil
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Nada (sonido
sutil) es el sonido original (śabda o dhvani) del universo,
identificado en algunos casos con el mantra sagrado “om”. Es un sonido
interior percibido sin concurso de los sentidos.
Presenta
varias formas de manifestación que se pueden oír como un sonido interno cuando
la meditación alcanza cierta profundidad. Nada se vuelve audible cuando
el tejido de corrientes psico energéticas (ñadi) se ha purificado
correctamente.
De
acuerdo con el Yoga Śikhā Upanishad (3.3), es el segundo nivel
de manifestación del Absoluto como sonido (śabda-brahman). Este
sonido se manifiesta de muy distintas formas.
El
Darśan
Upanishad (6.36) distingue tres tipos, según se parezca al
sonido de una concha, al trueno o a un salto de agua, respectivamente.
El
Nāda Bindu Upanishad (34ss) compara el primer grado de
manifestación del sonido al producido por el océano, al trueno, al timbal, o a
un salto de agua. El segundo grado de manifestación afirma que recuerda el
sonido de un pequeño tambor, un gran tambor, o una campana. El tercer grado se
asocia con el sonido de una campanilla, la flauta de bambú, un laúd, o una
abeja.
En
este texto se afirma (31ss.) que nada es el vehículo que
transportará al yogui más allá del océano de la existencia fenomenal. Apaga
todos los sonidos externos y concentra la mente. Se recomienda la práctica de vaiṣṇavī-mudra
(similar al śāmbhavī-mudra) para que el sonido interno se
manifieste.
El
Haṃsa Upanishad
(16) habla de diez tipos de sonido interior, denominándose
el último el “sonido del trueno” (megha—nada). Algunos otros
fenómenos se consideran asociados a los distintos niveles de sonido interno y
se vuelven significativos a partir del cuarto nivel. En secuencia ascendente,
el fenómeno se describe como sigue: temblor de la cabeza, abundante producción
del néctar de la inmortalidad (amṛta), disfrute del néctar de
ambrosía, adquisición del conocimiento secreto, discurso “inspirado” (parāvāc),
habilidad de volverse invisible y verlo todo y, finalmente, identificación con
lo Absoluto.
El
Haṃsa Upanishad (43), además, compara nada con un
encantador de serpientes, dado que cautiva la mente dispersa (manas).
El
Haṭha
Yoga Pradīpikā (3.64) habla de prāṇa
y apana con nada y bindu:
A través de mūlabandha,
tanto prāṇa y apana como nada y bindu,
se unen y proporcionan el éxito en el yoga, sin la menor duda.
Es
decir, a través de la respiración controlada y de la concentración mental se
efectúa la unión del aire inspirado con el aire espirado. Esto se consigue en
el canal central (suṣumṇā-nāḍī) y
produce el sonido interno. Tal sonido interno apoyado en la respiración,
procede hacia el bindu, que es el aspecto inaudible del sonido, situado
por encima del corazón. Todo este proceso se describe con detalle en Haṭha
Yoga Pradīpikā (4.82-102).
El
cultivo del sonido interno (nada-upāsana) es el medio básico para
alcanzar la absorción mental (laya). Esta disciplina tiene cuatro
estados, descritos también en el Haṭha Yoga Pradīpikā
(4.65-78).
Una
vez alcanzada la perfección en el haṭhayoga, uno de los signos que
se manifiestan es el sonido interior, de acuerdo con el Haṭha
Yoga Pradīpikā (2.78).
Se
piensa que nada se origina en el centro de la columna vertebral, lo que
el Dhyāna Bindu Upaniṣad (95) denomina el “arco del violín”
(vīṇā-daṇḍa). A fin de provocar el sonido
interno más rápidamente, algunos yoguis practican lo que se denomina “sello de
las seis aberturas” (śāmbhavī-mudra), bloqueando
orificios nasales, ojos y oídos.
El
nada se representa en la escritura mediante un semicírculo creciente (ardha-candra),
como en la sílaba sagrada “om”.
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Yogadarshana – Yoga y Meditación